DEPORTES
› LO POSITIVO Y LO NEGATIVO DEL PARTIDO CON ECUADOR
La Selección en la balanza
Si Al mensaje que transmitió Marcelo Bielsa al incluir en el equipo jugadores de gran capacidad técnica e innegable vocación ofensiva. Saludable por donde se lo mire.
No Al rendimiento general del equipo porque una vez más no encontró el punto justo entre la velocidad y la precisión, y privilegió la velocidad con el argumento de que, de otro modo, es imposible quebrar una defensa poblada como la de los ecuatorianos. No estuvieron en la cancha Zanetti y Kili González, dos abanderados del vértigo, pero fue como si hubieran estado.
Si A ese ratito del segundo tiempo en el cual Riquelme, D’Alessandro y Luis González manejaron la pelota, haciéndola circular con inteligencia y con paciencia, a la espera del toque en profundidad o la gambeta desequilibrante de Tevez. No fueron más que un puñado de minutos, pero dejaron marcado un camino posible y esperanzador.
No A los prolongados lapsos en que se recurrió al pelotazo de Ayala como fórmula ofensiva, favoreciendo la tarea de los centrales ecuatorianos.
Si A la capacidad de César Delgado para sacar el centro en espacios reducidos.
No A la reiteración del método del centro de Delgado que hizo previsibles los ataques y también ayudó a los defensores ecuatorianos.
Si Al primer tiempo de Clemente Rodríguez, que se juntó bien con Delgado y Aimar e inquietó con sus subidas al fondo rival, y de yapa se mandó un par de cruces brillantes para frenar contraataques rivales.
No Al segundo tiempo de Clemente Rodríguez, porque se contuvo más y en la marca mostró algunas deficiencias que pudieron costar caro.
Si Al segundo tiempo de Lucho González, en el que pareció encontrarse más cómodo en el puesto y aportó firmeza en la marca y prolijidad en el manejo. Esas dos virtudes se conjugaron en la pelota que recuperó en la jugada del gol de Crespo. Seguramente su levantada tiene vinculación con el ingreso de Riquelme, con quien armó una interesante sociedad en algún tramo del partido.
No Al primer tiempo de Lucho González. Un verdadero perro en cancha e’bochas. Una duda: ¿no hubiese sido mejor tener en ese lugar a Mascherano o a Battaglia?
Si Al cambio de Mariano González, que se mostró muy veloz y poco criterioso y nada ofensivo.
No A la inclusión de Mariano González. Otra duda: ¿no hubiese sido mejor darle más tiempo en la cancha a Tevez?
No A Crespo, que casi nunca consiguió ganarse un espacio entre los lungos defensores rivales.
Si Al amor propio de Crespo, que siguió buscando a pesar de los murmullos que producían sus intervenciones y el airado reclamo de un sector del público para que lo reemplazara Saviola.
No A la intolerancia de algunos comunicadores/ espectadores a quienes no hay nombre, equipo, actitud, táctica, reemplazo, decisión ni nada que les venga bien. Criticaron a Bielsa porque puso a Burdisso y con el mismo énfasis lo hubieran criticado si no ponía un defensor por un delantero cuando los ecuatorianos sumaron gente en el ataque.
Si A Bielsa por el atinado ingreso de Burdisso, para contener a los ecuatorianos, más allá de que se mostró muy nervioso.
No A la idea de que a equipos como el de Ecuador la Selección les tiene que ganar con la camiseta. Ecuador no es pan comido y puede complicar a cualquiera. No debería olvidarse que terminó segundo en las anteriores Eliminatorias.
Si A la idea de respetar a todos los rivales, tratando de no perder la identidad ni el espíritu ofensivo.
No Al cuestionamiento apresurado (nos incluimos) del ignoto Heinze.
Si Al muy buen trabajo de Heinze, que mostró solidez, personalidad y potencia ofensiva cuando subió a buscar el cabezazo.
No A las críticas exacerbadas a Cavallero.
Si A la actuación del arquero, que atajó un par de pelotas muy difíciles y no tuvo nada que ver en el remate de Ayoví que dio en el palo.
No Al reclamo retroactivo por la eliminación en el Mundial pasado. ¿Hasta cuándo estos jugadores tendrán que pagar facturas de Bielsa?
Si A la renovación del crédito. Contra influyentes sectores del periodismo que pretenden voltearlo para colocar a un técnico más funcional a sus intereses, Bielsa merece seguir en su lugar. A veces es caprichoso, es cierto; a veces se encierra en su caparazón, es verdad; pero está claro que tiene las mejores intenciones. Y ha demostrado que no se vende.