Envuelto en preocupación y polémica, Boca celebrará el feriado tratando de asegurarse un lugar en las semifinales de la Copa Libertadores, ya que esta noche recibirá, en el estadio de Racing, al Sao Caetano, con el que igualó sin goles en el encuentro de ida de los cuartos de final, el jueves pasado. Entre los jugadores hay preocupación por el bajo rendimiento de los últimos partidos, y también cierto malestar por el hecho de tener que jugar un partido decisivo en un estadio que no es el propio. Pese a la lluvia, el plantel practicó en el complejo de Casa Amarilla y allí se notó cierta cautela en el ánimo de los futbolistas.
Carlos Bianchi no confirmó la formación, aunque es muy probable que sólo efectúe una modificación respecto del equipo que jugó en Brasil. Para darle mayor agilidad al mediocampo y tener más llegada en el ataque, ingresará el santafesino Matías Donnet por el cordobés Javier Villarreal.
Boca llega a este encuentro con la preocupación lógica de sus jugadores, que no han logrado un buen rendimiento, sobre todo después de la caída por el torneo local ante River. En una semana jugó tres partidos, de los que empató uno y perdió los dos restantes y, lo que es más preocupante, no convirtió un solo tanto.
El empate alcanzado en Brasil obró como un bálsamo en ese aspecto, aunque tanto el entrenador Carlos Bianchi como sus dirigidos sostienen que en Avellaneda se verá “la verdadera recuperación de Boca”.
Sólo un triunfo le servirá para acceder a las semifinales del máximo torneo continental, del que es defensor del título. En caso de igualdad, habrá definición por tiros desde el punto del penal. De acceder a la semifinal, se medirá con el vencedor de la serie entre River y el Deportivo Cali, que se decidirá mañana en Colombia.
El colombiano Fabián Vargas, que será uno de los titulares ante el Sao Caetano, opinó que Boca “seguro que obtendrá un buen resultado” en el estadio de Racing. “Vamos a salir a meter presión y a jugar un poco más adelante. Y creo que estamos en condiciones de ganar el partido”, aseveró.
Pero no es sólo preocupación lo que sienten los jugadores de Boca. También existe cierto descontento del plantel con las autoridades de Boca a causa del veto que sufre la Bombonera. Un jugador, que prefirió expresa reserva de su nombre, se quejó porque “Boca hizo todo correctamente. En la cancha no se produjeron incidentes y ahora somos nosotros los que debemos sufrir el castigo de no jugar en nuestro estadio”.
Los antecedentes, de todas formas, indican que Boca no necesariamente precisa de la ayuda adicional que significa jugar en la Bombonera: en la edición 2003 de la Copa, jugando los octavos de final, el equipo de Bianchi perdió 1-0 con el Paysandú brasileño en el estadio de Brandsen y Del Valle Iberlucea. Boca tuvo que ir a definir la serie al estado de Belem do Pará, a 7 mil kilómetros de Buenos Aires, y ganó el partido 4-2.