Real Madrid presentó a Walter Samuel como nuevo refuerzo y anunció oficialmente a José Antonio Camacho como nuevo entrenador de un equipo que viene de cumplir una temporada llena de fracasos. “Samuel es, para muchos, el mejor defensor del mundo y renunció a mucho dinero que le ofrecía Chelsea”, se jactó Florentino Pérez, presidente del Real, al presentar al argentino, cuyo contrato, por el cual el equipo madrileño le pagó 25 millones de euros a la Roma, sin embargo será firmado sólo cuando finalice su participación con la Selección Argentina en la Copa América de Perú, que se jugará en julio. Samuel es el primer defensor que contrata el Real Madrid desde que lo preside Pérez, dando por tierra con la filosofía de “Zidanes y Pavones” que propugnaba.
“Estaba ansioso por llegar y me siento orgulloso de ser el primer defensor de la era Pérez”, expresó Samuel, quien admitió que resignó dinero al rechazar la millonaria oferta de Chelsea. Pérez aprovechó para oficializar la contratación de Camacho, quien firmará por dos años tras desvincularse del Benfica, y criticar duramente al portugués Carlos Queiroz, despedido ayer mismo. Camacho, de 49 años, es una ex gloria merengue que jugó 414 partidos y ganó 15 títulos con el Real, donde fue ayudante de campo de Alfredo Di Stéfano en 1990/91 y condujo también, apenas por diez días, al equipo madrileño en 1998. “Queiroz decepcionó a todos porque no cumplió con los objetivos marcados, que eran la administración y motivación de la cantera. Y además, el equipo se había apoderado del desorden y la falta de autoridad”, dijo Pérez.
“Firmar por el Real Madrid es tocar techo. Sólo se puede comparar con vestir la camiseta de la Selección Argentina”, manifestó Samuel, habitualmente de pocas palabras. La presentación fue completamente atípica, porque de hecho el zaguero, que hoy llega a la Argentina para incorporarse al seleccionado de Marcelo Bielsa, seguirá siendo de la Roma hasta el 1º de julio, un tecnicismo para que el pase conste dentro del futuro ejercicio económico del club, postergando un año el pago de los impuestos correspondientes.
El Real Madrid cerró la temporada sin obtener ninguno de los tres títulos considerados grandes –Liga, Copa del Rey y Champions League–, quedó apenas cuarto en la Liga con 21 triunfos, 7 empates y 10 derrotas, y un registro de 72 goles a favor y 54 en contra, el segundo peor en la historia reciente de un equipo que ha perdido por primera vez cinco partidos consecutivos.
Tras la campaña 1998/99, en la que marcó 77 goles y soportó 62, la temporada en la que Carlos Queiroz dirigió al Real Madrid fue la segunda peor, a años luz del histórico año goleador en la 1989/90, con 107 tantos a su favor y 38 en contra en la última Liga de la “Quinta del Buitre”, que integraban Butragueño, Valdano, Hugo Sánchez, Michel, Sanchís y el propio Camacho, de las cinco consecutivas que lograron.
La llegada de Camacho supone otro giro imprevisto en la filosofía Pérez: apuesta por el carácter y la energía cuando antes prefería un técnico que cediera el protagonismo a las estrellas.
El presidente insistió en la “autoridad moral que tiene Camacho para ejercer su autoridad”, una forma de admitir que el vestuario, tendiente al “vedettismo”, se le había ido de las manos a Queiroz, después de muchas versiones sobre estrellas distraídas por sus compromisos publicitarios y escaso trabajo durante la semana.