Por Sebastián Fest
Desde París

El primero –y último– se bailó hace 27 años con Guillermo Vilas, pero el tenis argentino confía en que el domingo llegue por fin el “segundo tango en París”. Guillermo Coria, David Nalbandian y Gastón Gaudio son los tres nombres que lucharán hoy por dos lugares en la final de Roland Garros, que Vilas jugó cuatro veces y ganó en 1977.
Y el día se abría precisamente con Vilas, entrevistado extensamente por la televisión francesa: “¿Tenés cinco minutos para unas preguntas, Guillermo?”. La respuesta fue veloz: “Ningún problema, no tengo nada que hacer en los próximos 40 años”.
“Con aire de tango”, tituló en primera plana el diario deportivo L’Equipe, haciéndose eco del juego de palabras que sedujo a los medios de buena parte del planeta. “Aparentemente, se necesitan tres para el tango”, escribió The International Herald Tribune, y “tango” es una palabra repetida en muchos comentarios radiales y televisivos.
Pero ninguno de los tres argentinos dedicó mucho tiempo a ver lo que los medios internacionales escribían de ellos, aunque sin dudas sí cumplieron con el ritual diario de navegar un buen rato por Internet leyendo lo que los medios de su país escriben sobre ellos.
Gaudio desayunó en los Campos Elíseos y simuló jugar al backgammon en un bar para unas imágenes televisivas y, al mediodía, entre sonrientes y tensos, los tres argentinos aparecieron por la sala de jugadores para cumplir con el ritual de la foto previa a semifinales.
Si hace un año Coria recorrió una calle parisina, posando en la boca del metro, devorando una bague- tte en una boulangerie y hablando con un ejército de periodistas, esta vez todo fue diferente. “Aquello me cansó bastante y esta vez me estoy cuidando más”, confesó Coria, que hizo esperar diez minutos a Nalbandian y Gaudio, puntuales en la cita establecida por la ATP.
Apretones de manos cruzados, sonrisas, palmada en los hombros y el click incesante de los obturadores para fijar una imagen inédita en la historia del tenis argentino. Los tres, aunque en mesas diferentes, almorzarían luego en el restaurante de jugadores, mientras Mark Miles, el máximo responsable de la ATP, debía responder si no era una contradicción tener tres argentinos en semifinales y llevar el Masters a Shanghai por tres años.
Nalbandian, fanático del automovilismo, respondía a una pregunta de la cadena ESPN: ¿Quién tiene la Ferrari del torneo? “Lo único que te puedo decir es que los cuatro manejamos buenos autos”. ¿Alguna vez se imaginó perdedor? “Nooo... ¿Cómo me voy a imaginar perdedor?” Nalbandian y Gaudio juegan desde las 8; a continuación se miden Coria y el inglés Tim Henman.
Una hora después, Vilas y José Luis Clerc se enfrentaban en dobles en la cancha 1, rescatando imágenes de hace dos décadas. Ante 200 espectadores, Vilas, junto al estadounidense Brian Gottfried, a quien superó en la final de 1977, superaron a Clerc y el rumano Ilie Nastase 5-7, 6-3 y 7-1 en el tie-break final para definir al ganador. A lo largo de todo el partido, Vilas y Clerc no se dirigieron la palabra.
“El que controle mejor las emociones va a ser el que gane. Coria es el favorito, pero cuidado con Nalbandian, cuidado con Gaudio. Y a Tim Henman, hay que tenerle mucho respeto, si bien no es su superficie”, decía Clerc.
Todo apunta a un tango sonando el domingo en el Bois de Boulogne. Por las dudas, Nelson Monfort, entrevistador estrella de la televisión francesa, ya se apuntó una clase con Gaudio.
“El tango es fundamental en Buenos Aires”, respondió divertido el argentino al surgir nuevamente el tema. “¿Vas a bailar tango con Nelson?”, contraatacó Monfort estrechándole la mano a Gaudio, que si gana el domingo es capaz de bailar mucho más que un tango.