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IMPUSO 89-81 A ESTADOS UNIDOS Y ES FINALISTA
Un día mágico para el Dream Team criollo
Con una actuación memorable de conjunto y con un Emanuel Ginóbili brillante, Argentina venció al equipo de la NBA y se garantizó la medalla plateada. A las 16.15, va por el oro ante Italia, que superó a Lituania.
Por Sebastián Fest
Desde Atenas
Otro paso para la historia. Argentina dio uno de los golpes más impactantes de los Juegos Olímpicos cuando la Selección de básquetbol destruyó el mito del “Dream Team” estadounidense. En una noche que guardarán por siempre en la memoria, los argentinos se impusieron por 8981 al medallista de oro de Barcelona ‘92, Atlanta ‘96 y Sydney 2000 y lucharán hoy por el oro ante Italia, que superó 100-91 a Lituania.
Argentina funcionó como una máquina perfecta porque, además de no fallar jamás, jugó con un enorme corazón ante las multimillonarias estrellas de la NBA. El primer cuarto fue el de mejor juego argentino, con una presión constante tras un buen comienzo de los estadounidenses, que llegaron a ubicarse 9-5 arriba. El juego exterior del Dream Team fallaba, los argentinos se aprovechaban de una defensa floja y hombres como Ginóbili o Nocioni aportaban fuerza ofensiva. Las estadísticas, tan importantes en el básquetbol, marcaban que tras el primer cuarto, ganado 24-20 por los argentinos, el porcentaje de aciertos en los lanzamientos era de un 32 por ciento para los estadounidenses contra un 58 del equipo argentino.
Argentina siguió con su ofensiva vistosa y la concentración necesaria para contener al mejor equipo del mundo, aunque una volcada de Shawn Marion restando 6’34 para el final de la primera mitad pusiera la cuota de espectacularidad claramente del lado de los triples campeones olímpicos. La hinchada argentina, ubicada pocos metros detrás del banco de sus compatriotas, estaba eufórica cuando restando 1’42 sus jugadores tomaron una ventaja de 42-33, que se extendería hasta 56-40 en el comienzo del tercer cuarto tras un celebrado triple de Ginóbili. Ahí, el Dream Team comenzó a preocuparse, ajustó su defensa y buscó en ataque variantes para sorprender a los argentinos. Le sirvió para reducir a 58-48 la desventaja.
“Vamos, vamos, Argentina.” La hinchada albiceleste veía el triunfo ya muy cerca. Al fin y al cabo, llegaban al último cuarto 70-57 arriba, con un equipo convencido de que iba a vivir la mejor noche de su historia.
Un triple de Montecchia reforzó a los argentinos tras un inicio trabado del cuarto final, y la recta final fue a toda máquina. Un empujón de Montecchia le mostró a Iverson que llegar al aro argentino le iba a costar bastante, aunque eso implicara que el argentino se cargara de faltas.
Pero el Dream Team nunca demostró ser de ensueño. No supo cómo quebrar a los argentinos, que, a diferencia de los españoles 24 horas antes, no cometieron errores. Ginóbili, enorme durante todo el encuentro, se prodigó en ataque y defensa, enviando al piso al gigante Richard Jefferson cuando buscaba a la desesperada concretar un contraataque que redujera la desventaja de diez puntos. El abucheo fue general mientras Jefferson intentaba convertir uno de sus dos tiros libres. Es que los griegos, pese a haber sido eliminados por Argentina la noche anterior, querían ver perder a los norteamericanos. Un manotazo en el ojo de Marbury a Wolkowyski cuando restaba un minuto y medio caldeó más el ambiente, pero la suerte ya estaba echada: el Dream Team era Argentina.
Hoy será el tiempo de ratificarlo ante los italianos, que con una lluvia de triples batieron a Lituania, actual campeón de Europa. Y Argentina, pese a haber perdido en la fase clasificatoria 76-75 con los europeos, parte con cierto favoritismo en su primera final olímpica. Para los italianos es la segunda oportunidad, luego de haber caído ante Yugoslavia en Moscú ‘80.
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