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› LATINOAMERICA HIZO MEJOR PAPEL EN LOS JUEGOS PESE A LAS CRISIS
No tuvo nada que ver con la política
La cantidad de medallas de oro obtenidas por los países de la región pasó de las 13 de Sydney 2000 a las 18 de Atenas 2004. Cuba, Brasil y la Argentina fueron los mejores, sorprendió la debacle de México y el ascenso de Chile.
Las convulsiones políticas y económicas que sacudieron a Latinoamérica en los últimos cuatro años no se reflejaron en los Juegos Olímpicos de Atenas, donde sus atletas cumplieron actuaciones de un nivel muy superior al esperado. Desde los dos oros en quince horas conseguidos el sábado por la Argentina, hasta la primera medalla dorada de la República Dominicana, pasando por las dos de Chile, la primera distinción olímpica de Paraguay o las dos primeras medallas en 20 años para Venezuela, muchas fueron las buenas noticias, siendo México el único país que estuvo por debajo de sus expectativas.
En conjunto, Latinoamérica conquistó en Atenas 54 medallas (18 de oro, 13 de plata y 23 de bronce), dos menos que las 56 de Sydney 2000, pero de superior calidad: hace cuatro años se habían ganado 13 oros, 22 platas y 21 bronces. Eso a pesar de que, en la última Olimpíada –el período que transcurrió entre ambas ediciones de los Juegos–, tuvieron lugar la salida de la convertibilidad en la Argentina, la gran devaluación y la crisis de la deuda que sufrió Brasil, el intento de golpe de Estado en Venezuela y la formidable crisis económica dominicana.
Brasil superó a la Argentina en el medallero histórico por primera vez (16 medallas de oro contra 15) y Cuba ratificó que es la principal potencia deportiva de América latina y que está entre los primeros del mundo, con su undécimo lugar en el medallero, a pesar de que el botín conquistado en suelo helénico (9 oros, 7 platas y 11 bronces) fue el más modesto de la delegación caribeña desde Moscú 1980.
El mayor triunfo de Cuba fue en el béisbol, donde recuperó el cetro olímpico perdido hace cuatro años en Sydney, y a esta victoria se suman también los oros conseguidos en el atletismo por Osleidys Menéndez en jabalina, Yumileidi Cumbá en bala, y por el luchador Yandro Quintana. Pero los grandes artífices del éxito cubano fueron los boxeadores, que en los dos últimos días conquistaron cinco oros con Yan Bhartelemy (48 kg), Yuriorkis Gamboa (51 kg), Guillermo Rigondeaux (54 kg), Mario Kindelán (60 kg) y Odlanier Solís (91 kg).
Nunca antes los brasileños habían sacado cuatro oros en una sola edición de los Juegos. El vóleibol masculino, la dupla de beach-volley Ricardo y Emanuel y los veleristas Roberto Scheidt (en la clase Laser), Torben Grael y Marcelo Ferreira (en Star) lograron el oro que se le escapó al maratonista Vanderlei de Lima.
Con dos oros y cuatro bronces, la Argentina tuvo su mejor actuación desde Londres 1948. “Hacía mucho que no se conseguían seis medallas en los Juegos, y lo de los dos oros en un mismo día fue histórico”, dijo Mario Moccia, jefe de la misión argentina en Atenas. “Lamentamos las lesiones y ausencias de Coria, Nalbandian y Gaudio, porque con ellos hubiéramos obtenido dos medallas más”, reconoció Moccia.
Chile ganó sus dos primeras medallas de oro, además de una de bronce, todas ellas por medio de sus tenistas Nicolás Massú y Fernando González. Para la República Dominicana, el triunfo de Félix Sánchez en los 400 metros vallas fue la apoteosis. “Nos vamos más que satisfechos con la labor realizada”, dijo el jefe de misión, Héctor Duval.
Paraguay –que gracias a la medalla de plata en fútbol debutó en el medallero olímpico– y Venezuela –que con dos bronces volvió a ver medallas después de 20 años– también se fueron de Atenas victoriosos.
México tuvo un desempeño inferior al que esperaba con sus tres de plata (una de ellas la de Ana Guevara, derrotada en la final de 400 metros que consideraba suya) y una de bronce, además de que dio varios pasos atrás en disciplinas como la caminata. Colombia regresó a un podio de halterofilia, como en Sydney 2000, pero en esta ocasión no fue oro sino bronce, con Mabel Mosquera. No obstante, hubo Juegos peores y los de Atenas 2004 no fueron ni por asomo los más ácidos de su historia.
Latinoamérica, en definitiva, dejó Atenas con buenos recuerdos. “Un buen balance”, dice el jefe de la misión chilena, Carlos Pizani. “Pero esto es como cuando tienes un cumpleaños de los chicos en casa: el balance lo haces cuando tienes limpia la casa y descansaste.”