Remedando antojadizamente a Immanuel Kant (Crítica de la razón pura), no estaría mal que, desde el pensamiento crítico al pensamiento único, se haga algo así como la “crítica de la información pura”. También en las cosas que tienen que ver no intrínsecamente con el fútbol sino con las cosas que, desde su empecinado gatopardismo, José María Muñoz denunciaba que le hacían “muy mal al fútbol”.
Es que “la información pura” –esto es, sin inventario– nos cuenta que será la policía, aparentemente a “instancias” del ministro del Interior Fernández, Aníbal, la delegada por el Estado para el control de los derechos de admisión a las canchas, tomando como referencias antecedentes de los generosamente adjetivados como “revoltosos”.
Y la “información pura” no abunda en nada más. Como si no estuviera harto demostrada la complicidad de muchos de los alguna vez bautizados “guardianes del orden”, con lo que el amariconamiento del lenguaje denominó desde “minúsculo grupo de inadaptados” hasta “socios caracterizados”.
La misma “información pura” refiere a la inimputabilidad de los Borrachos del Tablón de River, así como omite, por lo menos como antecedente, la “emocionada” despedida de la cárcel del ex prófugo Rafael Di Zeo –documentada y televisada– cuando abrazaba y besaba a policías que aparentemente tenían a su cargo la custodia del barrabrava de Boca, amigovio por entonces –no se sabe, ni interesa demasiado si aún hoy– de una colega de los uniformados.
Que sea la policía la encargada del menester no es demasiado diferente a que se les haya encargado el trabajito a dirigentes que notoriamente apañan, encubren, esconden y financian a quienes delinquen porque la “información pura” es el mensaje que necesitan los que hacen como que hacen.
Que todo cambie para que nada cambie.