La pelea entre Guillermo Barros Schelotto y el entrenador de Boca, Jorge Benítez, escribió un nuevo capítulo: el técnico, que no efectuó declaraciones y ordenó una práctica a puertas cerradas, marginó ayer al delantero del equipo que mañana enfrentará a Colón en la Bombonera. El jugador, por su parte, en diálogo con la prensa, intentó bajar el perfil de la polémica. “Para mí todo terminó ahí, no hay que generar un mal clima o una mala convivencia”, señaló Barros Schelotto, quien no se guardó de meterle un poco de presión a Benítez con respecto a su continuidad en el club: “No sé qué haré”, deslizó el atacante, cuyo contrato vence en junio próximo.
Benítez evitó el contacto con el periodismo, pero se mostró firme a la hora de elegir a los jugadores que concentrarán para el encuentro ante los santafesinos: tras la durísima discusión que mantuvo el jueves con el atacante, por segunda vez consecutiva dejó al Mellizo afuera de la nómina –los titulares serán los mismos que golearon 4-2 a Huracán de Tres Arroyos– y aún no se sabe si lo citará para viajar a Perú para el partido del miércoles próximo ante el Sporting Cristal por el Grupo 8 de la Copa Libertadores.
“Si no concentré es porque el técnico vio a otro que está mejor que yo. No hay que generar un problema donde no lo hay. Boca tiene que aspirar a ganar el domingo, y tratar de conseguir los primeros lugares del torneo”, remarcó el delantero. “No estoy para jugar el domingo, pero me entrenaré y trataré de prepararme para estar el miércoles en Perú”, agregó. La intención por parte del jugador de bajar el perfil de la polémica tomó un nuevo matiz cuando, refiriéndose a la renovación de su contrato, tendió un manto de duda al señalar: “No sé qué haré. Siempre he privilegiado la parte deportiva por sobre la económica, por lo tanto no voy a especular con el afecto de la hinchada”.
El Mellizo aclaró, además, que por más que el presidente de Boca, Mauricio Macri, anunciara con anterioridad al cruce con Benítez que no tendría problemas en renovarle el vínculo, su decisión estaría supeditada a un acuerdo tripartito entre él, el dirigente y el técnico. “Son tres las partes que deben decidir: el jugador, la Comisión Directiva y el técnico. Y no voy a especular en ningún aspecto con algo extradeportivo”, adelantó el jugador, respecto de su romance con los hinchas de Boca.