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› ESTABA AL BORDE DEL ABISMO Y VOLVIO A PERDER
Paso al frente del Bambino
San Lorenzo necesitaba ganar para seguir en la Copa y cayó ante el Cobreloa por 2-0. Héctor Veira presentó la renuncia al cargo.
San Lorenzo estaba obligado a ganar en el desierto de Calama para mantener sus chances de acceder a los octavos de final de la Copa Libertadores, el último objetivo que le quedaba en pie luego de los malos resultados en el torneo local, pero perdió sin atenuantes frente al Cobreloa por 2-0 y se quedó sin nada. El entrenador Héctor Veira, que había anunciado que recién hablaría de su situación después del partido en Chile, salió del vestuario y confirmó su renuncia: “Acabo de despedirme de los jugadores, ya no soy más el técnico de San Lorenzo”, dijo.
Arrancó mal San Lorenzo, tan mal que antes de cumplirse los tres minutos de juego ya perdía por 1-0, con gol del volante José Luis Díaz; Boris González desbordó por la derecha y sacó un lindo centro para que Díaz metiera un cabezazo cruzado a la izquierda del arquero Orión, quien no llegó a desviarla: los centrales de San Lorenzo se mostraron sorprendidos. En desventaja, el equipo de Veira, que a esa altura ya imaginaba el desenlace, se descontroló y entonces perdió claridad y sumó errores a montones, al punto de perder a Walter García, expulsado por protestar por el árbitro brasileño Carlos Simón.
De un error defensivo de Pereyra nació el segundo del conjunto chileno, a los 34. Díaz ganó nuevamente la pelota, eludió a Orión y definió tranquilo, de derecha, frente al arco vacío. Las chances para descontar que tuvieron los de Veira fueron pocas; las fallas en la definición, muchas. Tras el descanso, con Messera en la cancha y Santana en el vestuario, San Lorenzo llegó con un poco más de peligro. Tuvo el descuento Peirone, a los 53, pero su remate frontal se estrelló en el travesaño. Fue la más clara del equipo de Boedo: un desborde de Barrientos, un centro al área chica, un despeje corto del arquero Ortega y la pelota servida para que Peirone la metiera adentro. Pero no. La noche de ayer no parecía querer favorecer a San Lorenzo, que iba a perder algunas otras oportunidades: un derechazo de Montillo que pasó muy cerca del ángulo izquierdo del arco de Ortega, un remate de derecha de Peirone que terminó tapando el arquero.
Estuvo cerca Cobreloa de ampliar la ventaja. Y no hubiera sido justo. A un costado, en el banco de suplentes, a medida que se consumían los últimos minutos, Veira se mostraba pensativo y solitario. Había anunciado que su futuro dependía del resultado de este encuentro. El marcador fue implacable. San Lorenzo se quedó afuera de la Copa y al Bambino se le acabó el crédito.