DEPORTES
› OPINION
Castro cree en Castro
› Por Daniel Guiñazú
A su manera, siempre igual a sí mismo, Jorge “Locomotora” Castro dio el paso que le faltaba para conseguir lo último que le pide al boxeo: una nueva chance por un título del mundo. Después de su victoria del jueves en el Luna Park, por KOT en 7 asaltos ante Derrick Harmon, el santacruceño obtuvo el derecho de enfrentar al francés Fabrice Tiozzo por la corona de los mediopesados de la AMB. ¿Está en condiciones Castro a los 38 años de volver a ser campeón del mundo?
Tiozzo parece demasiado bravo para este momento. El francés no aparenta ser ninguna luminaria, pero es fuerte y le sobra roce. Fue campeón mediopesado del Consejo, crucero de la Asociación, y ha vuelto a reinar entre los mediopesados, ahora en la AMB. De sus 47 victorias, 31 lo fueron por la vía rápida, una señal más de que no es un pegador explosivo, si bien su triunfo de este año ante el polaco Dariusz Michalczewski por KOT en 6 asaltos obliga a considerarlo con respeto.
Pero Castro es Castro. Y su corazón de guerrero incorregible le abre el crédito, aunque todos los pronósticos se le pongan en contra. Contra Harmon dio vuelta una pelea que empezaba a escapársele a base de mentalidad ganadora y un par de poderosos ganchos al hígado que tumbaron al estadounidense, bueno pero blando, cuando mandaba en el desarrollo y en las tarjetas. Pero no será así ante Tiozzo. Harmon hacía un año que no combatía y heredó la pelea de rebote, por la negativa del rival original.
Tiozzo, en cambio, está activo y esperará al santacruceño afiladísimo. Si quiere tener chances, Castro no deberá dar ninguna ventaja. Necesitaría contar con un rincón más profesional que el que componen sus hermanos, algunos amigos y el doctor Walter Quintero. Pero ni a esta altura de su increíble carrera ni nunca, Castro ha creído en los beneficios de una preparación responsable. Castro cree sólo en Castro. Y mal no le va.