Dom 19.05.2002

DEPORTES

Y Sarandí fue una fiesta cuando estalló el Arsenal

Un verdadero acontecimiento: el modestísimo Arsenal ascendió a Primera. Con 45 años de existencia, el equipo de Julio Grondona –que fue fundador y presidente– postergó al Gimnasia entrerriano.

Arsenal de Sarandí alcanzó ayer su mayor éxito deportivo en sus 45 años de historia al lograr el ascenso a Primera División, luego de igualar en un tanto ante Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, un resultado que le alcanzó para definir, pues había ganado 2-1 como visitante.
El inicio del partido se demoró unos de 35 minutos porque el juez de paz Julio Butafarano dijo que no se hacía responsable si sucedía alguna tragedia tanto en la tribuna tubular de Gimnasia de Entre Ríos –que no cumplía los requisitos de seguridad– como en la platea, de la que cedió un parante de sostén de las cabinas de transmisión, en la previa al partido. Por consiguiente, el árbitro Héctor Baldassi se reunió con el juez de paz y directivos de ambos clubes, y luego de que el comisario a cargo del operativo, Mario Nigin, diera su conformidad se tomó la decisión de jugar.
Tal como se preveía, Gimnasia salió decidido a buscar los dos tantos de diferencia que necesitaba. Así, de salida contó con tres corners a favor y merodeó en varias ocasiones cerca de Limia. La cancha parecía estar inclinada sobre el área de Arsenal, pero Gimnasia no encontraba la fórmula. Sin embargo, fue el local el que tuvo una chance clara: una chilena perfecta de Gustavo Grondona que Catriel Orcellet logró desviar al corner. Sin embargo, cuando parecía que Arsenal lograba hacer pie, pegó Gimnasia: Cantero hizo una buena maniobra personal y Patricio González lo bajó. Baldassi no dudó en cobrar y Leguizamón cambió penal por gol enmudeciendo al estadio a los 37 minutos. Arsenal, en vez de reaccionar, siguió dormido y se salvó por dos buenas atajadas de Limia.
Sorpresivamente, el inicio del segundo tiempo mostró a Gimnasia más retrasado y Arsenal aprovechó la ocasión y así pudo manejar el partido. Una vez que Palavecino, Grondona y compañía lograron encontrarse en el mediocampo, Arsenal tardó apenas siete minutos para conseguir el empate por intermedio de Javier Morales, quien entró solo por el medio y definió por entre las piernas de Orcellet. El griterío en las tribunas era ensordecedor y la fiesta comenzó a desatarse en la insegura cancha de Sarandí ya que, aunque faltaba mucho, Arsenal estaba jugando con otra actitud y Gimnasia, golpeado anímicamente, no mostraba indicios de poder ir a buscar la victoria. El local, tranquilo, apostó al contraataque y por esa vía contó con mejores chances de gol. Faltando cinco minutos, cuando los simpatizantes locales comenzaban a preparar el festejo, el accidente que tanto se temía, se produjo, ya que se cayó el alambrado de la popular de Arsenal que estaba colmada de hinchas.
Baldassi detuvo el cotejo hasta que se calmó la situación y luego prosiguió el partido, adicionando cinco minutos. Los hinchas de Arsenal inmediatamente invadieron la cancha.

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