Por Sebastián Fest
Desde Madrid

Pocas cosas hay tan oscuras en el deporte como el proceso previo al anuncio de un caso de doping: rumores primero, silencios luego y anuncios por lo bajo finalmente. Una vez más, esa oscuridad parece cernirse sobre el tenis argentino. El dato circulaba por el mundillo del tenis desde hacía semanas: un nuevo doping de un jugador argentino, con el “caso Cañas” aún muy fresco en el recuerdo. La coincidencia era absoluta: el caso se había producido en Roland Garros. Otros iban más allá e incluían el término “reincidente”.
¿Cuál es la verdad? Sólo la Federación Internacional de Tenis (ITF) la conoce. El alivio en la ATP es esta vez indisimulable, ya que suele ser el ente rector del circuito masculino el encargado de darle las malas noticias a un país como Argentina, que es hoy una de las mayores potencias del tenis mundial. La ITF, responsable de los controles antidoping en los Grand Slam y la Copa Davis, fue sutilmente elusiva ante la agencia dpa hace dos semanas, cuando se la consultó por los insistentes rumores: “Si existiera un caso –y con esto no estamos diciendo que lo haya–, no lo confirmaríamos ni desmentiríamos, tal como está contemplado en el programa antidoping del tenis. No lo comentamos. Eso no quiere decir que no haya uno o unos casos”.
¿Más de un caso? Aquel 14 de septiembre aún no se había anunciado el positivo del estadounidense Alex Bogomolov Jr. en el Abierto de Australia. Pero queda de todos modos abierta la posibilidad de que en Roland Garros sean dos, y no uno, los dopings detectados. Ayer, el diario deportivo francés L’Equipe citó a responsables de Roland Garros confirmando que un jugador, aún en acción durante la segunda semana del torneo, dio positivo por un “estimulante prohibido”. Y fue más allá, al hablar de la “pista argentina”, reforzando todo lo que se venía hablando en el ambiente tenístico argentino. L’Equipe recordó que “los argentinos fueron seis en octavos de final: Nalbandian, Coria, Gaudio, Acasuso, Puerta y Cañas, pero estuvieron también Arnold, García y Hood, en dobles, y Paola Suárez, que ganó en dobles damas”.
Fuentes muy cercanas al torneo francés admitieron ayer a dpa, sin confirmar el hecho, la seria probabilidad de que un argentino haya dado positivo. Otras fuentes de primera línea del circuito mencionan con insistencia el nombre de un jugador de gran nivel, hecho que si se confirmara generaría el efecto de una bomba para el tenis y el deporte argentino. Ese jugador tendría casi asegurado el final de su carrera deportiva en caso de confirmarse el positivo, ya que la sanción sería muy probablemente de por vida. “Depende de un tribunal independiente del Programa Antidoping del Tenis determinar cualquier sanción, pero una segunda violación (de las reglas) podría determinar una sanción de por vida”, dijo a dpa la ITF, respondiendo a preguntas “hipotéticas” y sin confirmar en ningún momento doping alguno.
Se trataría del sexto caso de jugadores argentinos que dan positivo en un control en los últimos cinco años. La lista incluye a Juan Ignacio Chela, Guillermo Coria –sancionado pese a reconocerse que el suyo fue un doping involuntario–, Mariano Puerta, Martín Rodríguez –por cafeína, sin sanción– y Guillermo Cañas, penalizado hace dos meses con dos años de suspensión, el máximo posible. “Reflejo adquirido o fuga bien orientada, es hacia la Argentina que se giran las miradas”, escribió ayer L’Equipe, llevando otra vez la inquietud y la oscuridad al tenis argentino.