Mar 04.06.2002

DEPORTES  › EL ARBRITO COREANO LES HIZO "DUNGA-DUNGA" A LOS TURCOS

Brasil, un expreso de medianoche

Kim las hizo todas: le cobró a Brasil un penal que no fue, a tres minutos del final, y no sólo no echó a Rivaldo por simular sino que le sacó la roja a dos turcos. Los brasileños se avergüenzan de la mano excesiva que les dieron. Y al árbitro lo esperan en una cárcel turca...

Brasil festejó la victoria 2-1 sobre Turquía en su debut mundialista, pero se avergonzó de la actuación del árbitro surcoreano Kim Young Yu, quien cometió diversos errores que le facilitaron las cosas. Los medios brasileños criticaron la actuación de Kim y el técnico Luiz Felipe Scolari, “Felipao”, admitió que el penal que concedió, y que permitió la victoria, no fue tal. Con todo, la audiencia televisiva brasileña fue la mayor de la historia en Copas del Mundo. Según Ibope, en San Pablo alcanzó los 64 puntos.
O Globo mostró repetidamente la falta cometida fuera del área contra Luizao, quien se arrojó al suelo logrando el cobro de un tiro penal contra los turcos. Las cámaras de la Globo también estudiaron minuciosamente y en cámara lenta el pelotazo disparado sobre la pierna derecha de Rivaldo, quien se llevó las manos al rostro y consiguió así la expulsión del jugador turco. El ex árbitro internacional Arnaldo Cézar Coelho, actualmente comentarista de la Globo, afirmó que el árbitro coreano era “muy malo, pésimo”. Además del penal, Kim dejó a Turquía con nueve hombres.
El conocido columnista deportivo Juca Kfouri –algo así como el Macaya Márquez brasileño– comentó que el árbitro ignoró dos faltas penales cometidas por los brasileños y todavía inventó una contra los turcos. De esta manera, “le podremos ganar a China y a Costa Rica, pero a nadie más”, sentenció.
Hasta Luiz Felipe Scolari, “Felipao”, admitió que la falta contra Luizao fue inexistente. La TV le mostró la repetición. “Fue penal, claro que fue penal”, dijo inicialmente Scolari, pero después de ver distintas tomas de la jugada admitió, sin poder disimular la risa, que el árbitro coreano Kim Young Joo le dio una mano salvadora a Brasil. Luizao admitió también que cayó antes de pisar el área turca. “Fui un poco malandro (pícaro)”, reconoció.
El otro vestuario ardía. El técnico de Turquía, Seno Gunes, calificó de “escandalosa y vergonzosa” la actuación del árbitro. “Si el partido lo hubiera dirigido un árbitro de Brasil, con seguridad no habría ayudado tanto como este coreano. Con un árbitro brasileño, hasta hubiéramos podido terminar empatados 1-1.”
Las ediciones extraordinarias que algunos diarios brasileños lanzaron después del partido reflejaron el sentimiento avergonzante. “Sólo gracias al árbitro”, afirmó el diario carioca O Globo, mientras que Extra abrió su edición extraordinaria con un titular a cuatro columnas que decía: “Muchas gracias, señor juez”.
Importante como lo es en un debut mundialista, la legitimidad del triunfo fue ampliamente debatida. Scolari reiteró que la victoria de su equipo fue justa, pero insistió en que sus delanteros deberán afinar la puntería para el próximo partido. “Se crearon muchas jugadas de gol, pero no se concretaron”, dijo el entrenador, quien también cree que la defensa de su equipo debe mejorar. No todos pensaron lo mismo.
“Debemos jugar el fútbol brasileño –se quejó Mario Lobo Zagallo, ex técnico de la selección–. Nuestra marcación en zona es mucho más eficiente que esa imposición mundial de marcar a presión todo el tiempo, como ahora hacen todos los equipos. La selección brasileña no está preparada para eso. Incluso se cansó con ese tipo de marcación.”

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