DEPORTES
› UN ARBITRO QUE SE HA CONVERTIDO EN AUTENTICA MARCA REGISTRADA
Pierluigi Collina, un pelado inconfundible
› Por Ariel Greco
La imagen se repite cada domingo. Si uno pone la RAI para ver Lazio-Roma, Milan-Inter o Salernitana-Pistoiese, el tipo aparece siempre. Incluso uno se da cuenta de su presencia antes de advertir si Bati comparte el ataque con Montella o si Simeone salió a la cancha con su cuchillo entre los dientes.
Ese personaje es Pierluigi Collina, el juez que dirigirá ArgentinaInglaterra en Sapporo. Hay quien dice que no existe un partido de fútbol europeo en el que el árbitro no sea Collina, como si fuera una marca. Es que el pelado de Viareggio es el preferido de la FIFA, que lo distinguió los últimos cuatro años como el mejor árbitro del mundo. Por eso, en cada partido complicado, su particular figura no puede faltar.
Cuentan algunos de sus allegados que en charlas de café Pierluigi se jacta de algunos de sus logros más trascendentes: “¿Quién te creés que dio los tres minutos de descuento cuando el Manchester le dio vuelta la final de la Champions League al Bayern Munich en el Nou Camp? Papito... ¿Y quién otorgó la ley de ventaja a Redondo aquella noche que se la llevó con el taco y habilitó a Raúl para que el Real Madrid eliminara al Manchester en Old Trafford? No, no fue Angel Sánchez...”, dice Collina. Incluso, se mofa de la desgracia ajena: “Supongo que sabrás quién mandó en cana a Sensini en la final de los Juegos Olímpicos de Atlanta contra los nigerianos...”, dicen que dice. Lo cierto es que además de esos partidos históricos, Collina ya dirigió Holanda-Bélgica y Francia-Dinamarca en el Mundial ‘98 y Holanda-República Checa y Francia-España en la Euro 2000, pese a que su condición de italiano conspira contra sus ambiciones, ya que la política de la FIFA es retirar a los jueces de los países que avanzan en cada competición.
Para bronca de los entrenadores que se quejan de que, por el desgaste, no pueden utilizar a sus jugadores miércoles y domingos, Collina no tiene esos problemas. Le da el cuero para el campeonato local, las copas, eliminatorias y hasta un solteros contra casados. Incluso fuera de su continente, como el año pasado cuando fue designado para dirigir UruguayColombia en Montevideo, en un partido vital para ambos en su pelea por llegar al Mundial. Una aclaración: Esa hiperactividad no tiene que ver con la necesidad de juntar los viáticos que le da la FIFA en cada partido. Desde su posición de asesor financiero, sus ganancias anuales están estimadas en los 700 mil dólares. Eso sí, su prestigio ya le permite obviar partidos como Turquía-Francia por la Copa del Mundo Militar, su primera aparición como internacional allá por 1995.
En un reportaje que le hicieron en el diario Olé hace unos días, Collina afirmó: “No soy una estrella”, con lo que se puede inferir que el tano sabe perfectamente que lo es. No por nada es una de las caras visibles elegidas por Adidas, que lo patrocina de la misma manera que a Zidane, Raúl o al resto de las figuras que utilizan su indumentaria.
Precisamente, una promoción que compartió con los dos astros del Real Madrid le generó una gran controversia antes de la semifinal por la Champions League que el conjunto blanco disputó con el Barcelona. Los catalanes, vestidos por Nike, se quejaron porque entendían que Collina podía favorecer al Madrid, buque insignia de Adidas, para satisfacer a sus patrones alemanes. Lejos de la polémica y de los malintencionados títulos de la prensa catalana –”Dirige el amigo del Madrid”–, Collina sacó el partido sin ningún problema. El italiano también puede darse algunos lujos que muy pocos árbitros del mundo pueden acreditar. Más de una vez se ha ido aplaudido de una cancha, y hasta algunas hinchadas corearon su nombre. Una de las más famosas ocurrió durante un encuentro entre el Celta de Vigo y el Stuttgart por la Copa UEFA, cuando el brasileño Catanha lo golpeó sin querer y casi le fractura la mandíbula. Pese al dolor, Collina continuó en la cancha, mientras los hinchas gallegos lo vivaban. No hace falta aclarar que el Celta ganó la eliminatoria.
Más allá de las anécdotas, el recuerdo de argentinos e ingleses de Collina es bien diferente. Mientras que en la memoria de los albicelestes está aquella final perdida ante Nigeria, para los europeos la imagen del árbitro del partido de hoy es mucho más grata. El día del histórico 5-1 a Alemania en Munich con tres goles de Michael Owen por las Eliminatorias, el juez era el italiano. Lo concreto es que a partir de la experiencia de Collina en esta clase de partidos, los dos planteles se mostraron muy conformes por su designación. Es que así como la Fevernova es la pelota oficial del Mundial o una petrolera española es la hincha oficial de la Selección Argentina, bien podría decirse que hoy en día Collina es el árbitro oficial del fútbol.