Vie 12.05.2006

DEPORTES

Un rival que no sabe a quién representará

Serbia y Montenegro es el segundo adversario de la Selección Argentina, pero veinte días antes del debut el país puede separarse. Los jugadores aseguran que no les afectará y muestran orgullo.

› Por Ariel Greco

“Somos embajadores de nuestro país, y de esa forma iremos a Alemania.” Las palabras pertenecen a Mateja Kezman, centrodelantero de Atlético de Madrid y una de las figuras de Serbia y Montenegro, rival de Argentina en la Copa del Mundo, y simbolizan a la perfección la manera en que los jugadores balcánicos afrontarán el certamen. Además de una competencia deportiva, los futbolistas tomarán el torneo como el ámbito ideal para mostrarle al mundo el orgullo de su patria. Claro que el torneo llega justo cuando en Montenegro se está discutiendo la posibilidad de independizarse de Serbia y, por ello, está previsto para el 21 de mayo un referéndum en el que los ciudadanos montenegrinos decidirán esa cuestión. Lo curioso es que el 16 de junio, cuando dispute en Gelsenkirchen su segundo partido del Mundial, la Selección Argentina podría estar jugando frente a un adversario que represente a un Estado inexistente.

Los ciudadanos montenegrinos votarán el 21 por la posibilidad de separarse de Serbia, lo que se concretaría si la opción a favor de los independentistas obtiene más del 55% de los votos. En ese caso, todavía no hay una definición respecto de la denominación que tendría el equipo, aunque lo seguro es que su participación en la Copa del Mundo no corre ningún riesgo. La Asociación Serbiomontenegrina de Fútbol mantuvo un silencio oficial sobre el referéndum, aunque su presidente, Zvedan Terzic, ya adelantó que las organizaciones deportivas se plegarán a las decisiones oficiales. En tanto, Dejan Savicevic, presidente de la Federación Montenegrina de Fútbol, considera que su país debe tener una selección propia. Sin embargo, el ex delantero de Milan, que jugó para Yugoslavia en el Mundial de Italia 1990 ante Argentina, no cuestiona la participación conjunta para el certamen alemán. Es por eso que si ganan los independentistas, pero la selección igualmente viaja unida, el equipo representará a un Estado, que, a esa altura, yo no funcionaría como tal.

En las entrañas del equipo dirigido por Ilija Petkovic aseguran que el conflicto político no influirá en el rendimiento deportivo, aunque hay que ver cómo afectará en lo psicológico. En cuanto a la conformación del plantel no habría mayores inconvenientes: de los posibles convocados para lista de 23 futbolistas que Petkovic presentará el lunes, sólo el delantero de Lecce Mirko Vucinic nació en territorio montenegrino.

Pero más allá de los problemas políticos, la selección afrontará con mucha esperanza su primera participación mundialista luego de desmembrada la ex Yugoslavia. “Vamos con mucha ilusión, tenemos todo un pueblo detrás”, afirma Dejan Stankovic, volante del Inter, donde es compañero de varios de los argentinos a los que se enfrentará en el Mundial. Sostenida en su capacidad defensiva, Serbia y Montenegro llegó invicta al certamen con una convincente labor en las Eliminatorias, donde postergó a España, que debió jugar el repechaje, y a Bélgica, que quedó eliminada. En diez partidos jugados logró seis victorias y cuatro empates, con una impresionante marca de un solo gol en contra. En la zona también dejó en el camino a Bosnia, Lituania y San Marino. Una actuación impensada hasta ese momento, teniendo en cuenta el fracaso en las eliminatorias de la Euro 2004, donde cayó ante Azerbaiyán y Finlandia.

En un equipo sin figuras rutilantes, el orden defensivo es la cualidad más destacada. A partir de la seguridad que otorga el arquero Dragoslav Jevric, del Ankaraspor turco, la última línea trabaja muy tranquila. Además, los defensores Goran Gavrancic, Nemanja Vidic, Mladen Krstajic e Ivica Dragutinovic juegan juntos desde hace mucho tiempo. Luego, las posibilidades ofensivas quedan limitadas a la dinámica de Stankovic, volante que ayer festejó la obtención de la Copa Italia con el Inter, y a la capacidad goleadora de Mateja Kezman, delantero de Atlético de Madrid. El otro atacante importante es Savo Milosevic, de gran experiencia en el fútbol español, actualmente en Osasuna. Claro que el ex atacante de PSV Eindhoven es la principal carta del equipo. “Soy la estrella y asumo con gusto ese rol”, asegura Kezman. Para justificar semejante confianza alcanza con repasar la campaña del goleador en las eliminatorias: anotó goles en los últimos cuatro partidos, entre ellos el tanto clave en el 1-1 ante España y el de la clasificación en el 1-0 ante Bosnia. “Me encanta jugar para mi país, no siento la presión”, afirma el delantero que es compañero de Leonardo Franco y Maximiliano Rodríguez en el Atlético.

En las cuentas de los serbios, la pelea por la clasificación está frente a Holanda, a la que respetan por su talento, pero a la que consideran ganable por su mayor experiencia. “Es un equipo muy joven, creo que podremos vencerlo por nuestro juego de conjunto”, remarcó Stankovic. Por eso, la clave estará focalizada para el partido del 11 de junio en Leipzig, cuando se cruzarán con los holandeses. El 16 jugará en Gelsenkirchen ante el conjunto de José Pekerman, mientras que el 21 de cerrará su participación en la primera fase ante Costa de Marfil. Ese es el panorama de un equipo que apuesta a su orgullo patriota para avanzar en el torneo, pero que todavía no tiene en claro a qué país representará.

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