Jue 22.06.2006

DEPORTES  › EL EMPATE 0-0 CONTRA HOLANDA NO SE AJUSTO A LO SUCEDIDO EN LA CANCHA

Argentina se quedó con hambre

Jugó mejor que su clásico rival y mereció vencerlo, pero le faltó el gol. De todas maneras, ganó el Grupo C y jugará el sábado contra México en Leipzig.

› Por Ariel Greco
Desde Francfort

Parecía lógico que Argentina no pudiera repetir la tarea del viernes ante Serbia y Montenegro. Hasta esperable. Tanto los jugadores como el entrenador lo asumían de esa forma. Pero así y todo, con esa sentencia ya incorporada, la ilusión de otra actuación inolvidable estaba latente. Tal vez por eso la sensación que dejó la tarea del conjunto de José Pekerman fue apenas de conformidad. Y si se analiza el rendimiento a lo largo de los 90 minutos ante Holanda, esa impresión termina siendo injusta con la producción del equipo. Argentina jugó mejor que los naranjas, creó las situaciones más claras, mostró más ambición que su rival y mereció el triunfo, aun cuando el más obligado por las circunstancias era el conjunto holandés. De esa manera, logró el primer objetivo de adjudicarse la zona y el sábado buscará su clasificación para los cuartos de final ante México, en Leipzig. Igual, paradójicamente, parece poco.

Ante Serbia, Argentina levantó muy alto la vara y llegar otra vez a ese pico de rendimiento será muy difícil. Pero aun lejos de tamaña producción, la Selección presentó argumentos más que suficientes para superar a un rival que, antes del torneo, era un cuco. Y que ayer apenas inquietó un par de veces con jugadas aisladas y que recién mostró verdaderas ganas de llevarse la victoria en los últimos cinco minutos, cuando Argentina ya cuidaba el resultado y las energías para lo que viene.

Aun sin ser abrumadora, ni mucho menos, la superioridad de la Selección de Pekerman fue evidente tanto en elaboración de juego como en llegadas claras, sobre todo en el primer tiempo. En el recuento valen un zurdazo de Tevez que se fue cerca, un rechazo fallido de Boulahrouz –ante un tiro libre de Riquelme– que se estrelló en el palo, un derechazo de lejos de Maxi Rodríguez que casi se clava en un ángulo y otra entrada del volante de Atlético de Madrid que no pudo definir bien al primer palo. Por el contrario, Holanda apenas contó con una remate de Kuyt que tapó bien Abbondanzieri, justo en el momento en que Burdisso perdió una pelota sencilla cuando estaba lesionado.

El problema principal del equipo argentino radicó en la falta de continuidad. De a ratos, cuando Riquelme tomaba el control del juego, cuando Tevez desequilibraba por izquierda, cuando Messi encaraba y pasaba, cuando todos se asociaban para cuidar la pelota y tocar, cuando Maxi llegaba vacío, Argentina parecía capaz de vulnerar a Holanda, y hasta con facilidad. Sin embargo, le costaba sostener esos conceptos durante lapsos prolongados. Entonces, con mucha concentración en defensa, con un manejo prolijo y cortando bastante el juego de manera sistemática, el conjunto de Van Basten encontró la fórmula de minimizar los buenos momentos argentinos. Claro que apenas le alcanzó para eso, porque el ataque resultó una cuenta pendiente.

Era evidente que la apuesta de Pekerman, sin un nueve de área, pasaba por encontrar el desnivel a través del juego asociado o gracias al desequilibrio individual de Tevez y Me-ssi. Y si bien por las tres vías logró el objetivo, no llegó a cristalizarlo en el marcador, porque rara vez pudo conjugar simultáneamente al menos dos de las tres variantes. Es por eso que las electrizantes corridas de Messi se terminaban diluyendo entre piernas rivales o los desbordes de Tevez no encontraban un destinatario seguro en el área. Y cuando se impuso el toque, faltó claridad en el pase decisivo, como para dejar a un compañero frente al arquero.

A medida que el juego transcurría, el dominio argentino era menos ostensible. Riquelme ya no manejaba los ritmos, Messi no incidía en el desarrollo y sólo Tevez provocaba zozobras al fondo holandés. Fue ahí cuando el partido terminó de emparejarse y aparecieron algunas grietas en el fondo argentino, sobre todo por el sector de Coloccini, que había entrado por el lesionado Burdisso. Es que el ingreso de Babel le otorgó otra dinámica al ataque de los europeos. De todas maneras, Ayala y Milito se complementaron muy bien y mostraron firmeza, lo mismo que Abbondanzieri. Es por eso que, a pesar de la tardía levantada holandesa, Argentina no pasó sobresaltos, salvo un remate de Cocu tras una pelota dividida en el área, que el arquero argentino resolvió con un manotazo al corner. Y en los últimos minutos, más entera por el menor desgaste que había realizado, Holanda se animó un poquito. No mucho porque se fue más que conforme con el empate. A Argentina le quedó la sensación de poco. Es que la varilla había quedado demasiado alta.


0-ARGENTINA
Abbondanzieri; Burdisso, Ayala, Milito, Cufré; Mascherano, Cambiasso, M.Rodríguez, Riquelme; Tevez, Messi.
DT: José Pekerman.
0-HOLANDA
Van der Sar; Boulharouz, Ooijer, Jaliens, De Cler; Sneijder, Van der Vaart, Cocu; Kuyt, Van Persie, Van Nistelrooy.
DT: M. Van Basten.
Estadio: Waldstadion (Francfort).
Arbitro: Luis Medina Cantalejo (España).
Cambios: 23m, Coloccini por Burdisso (A); 56m, Babel por Van Nistelrooy (H); 66m, Landzaat por Van Persie (H); 69m, Cruz por Messi (A); 78m, Aimar por Riquelme (A) y Maduro por Sneijder (H).

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