Vie 07.07.2006

DEPORTES  › EL CAMINO QUE LLEVO A LOS FINALISTAS HASTA BERLIN NO INCLUYO TANTO LOS ARCOS

Apenas sembrado de goles

Con tan sólo 19 goles convertidos entre los dos, Francia e Italia reflejan el bajo promedio de gol de la Copa del Mundo.

El hecho de que Francia e Italia hayan llegado a la final del Mundial basándose especialmente en el rendimiento de sus defensas está sin duda relacionado con que Alemania 2006 ha dejado un legado muy pobre en cuanto a la cantidad de goles convertidos. El promedio de gritos es, hasta ahora, de 2,27 (141 en 62 partidos), apenas por encima de Italia ’90, con 2,21. Por eso, el déficit a la hora de marcar se evidencia en el recorrido que transitaron ambos finalistas, dos de los equipos con menos cantidad de goles de la era moderna de los mundiales.

Apenas 19 tantos suman los finalistas (11 conseguidos por el equipo dirigido por Marcello Lippi, 8 logrados por los futbolistas que dirige Raymond Domenech), una deslucida cifra que, a partir del Mundial de Alemania de 1974 (a partir del cual el camino a la final comenzó a ser de seis encuentros), fue sólo superior a la que lograron los finalistas del Mundial 1986, Argentina y Alemania, con 17 tantos entre ambos. Aunque ningún finalista anotó menos tantos que la Argentina en el Mundial de 1990: apenas 5.

Esa Selección Argentina del ’90 y la alemana del ’86 fueron los dos finalistas menos goleadores de la historia moderna: inmediatamente después viene esta Francia versión Domenech. Lejos está el equipo galo de aquel notable rendimiento desplegado en el Mundial ’98; en su casa, Francia anotó 12 goles, 4 menos que en esta ocasión.

Y esta Italia fatta per Lippi no es mucho más contundente que la de Enzo Bearzot (campeona en 1982, finalista con 9 goles) o la de Arrigo Sacchi (finalista en 1994 con 8 tantos).

A partir del Mundial de México 1986, el seleccionado que llegó a la final con mayor cantidad de goles convertidos –salvo en Francia 1998– se consagró campeón. Argentina fue el primero en marcar esta tendencia al alcanzar la final del ’86 con 11 goles, cinco más que Alemania. De todos modos, los roles se invertirían cuatro años después, en Italia ’90. La labor de la Selección Argentina en cuanto a goles, por su parte, no pasa desapercibida. Porque, a pesar de que su balance en Argentina ’78 (12 goles) y México ’86 está dentro de la media, su actuación en Italia ’90 lo ha incorporado en el último escalafón de goles necesarios para clasificarse al último partido. El equipo conducido por Carlos Salvador Bilardo anotó tan sólo 5 tantos. En aquella ocasión, Claudio Caniggia fue, con dos goles, el máximo artillero de un equipo que más tarde perdería el partido definitivo ante Alemania con un inexistente penal cobrado por el recordado mexicano Edgardo Codesal.

Producción: Hernán Matz.

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