Otra vez, sorpresivamente, el delantero de River Ariel Ortega faltó sin aviso al entrenamiento de River, en lo que se sospecha sería una nueva recaída en su tratamiento contra el alcoholismo. El jujeño, que no había viajado a Colombia por decisión del técnico, Daniel Passarella, quien prefirió que el jugador se quedara trabajando en lo físico junto a la reserva, tenía chances de ser titular el domingo ante Belgrano, pero con este revés es probable que ni siquiera esté entre los suplentes.

No le había caído nada bien a Ortega la decisión del DT de excluirlo de la delegación que jugó ayer en Cúcuta, Colombia, donde el Caracas, de Venezuela, debió actuar como local. Pero la promesa de Passarella de que lo tendría en cuenta para el partido con los cordobeses parecía alcanzar para calmar la amargura del delantero. La cita para Ortega era en el predio de River en Ezeiza, donde sí se entrenaron el resto de los jugadores que no viajaron junto a la reserva.

Sin noticias de Ortega, el cuerpo técnico a cargo de la práctica intentó comunicarse con el jugador y luego de tres intentos dieron con él. Entonces Ortega esgrimió las razones de su faltazo, al parecer, por un problema que habría sufrido uno de sus hijos. Ese fue el argumento que trascendió, aunque nadie explicó por qué Ortega no se comunicó en tiempo y forma con el cuerpo técnico alterno, que encabeza Guillermo Rivarola.

La noticia cayó como un rayo en Colombia, donde el equipo se preparaba para el crucial partido ante Caracas. Los faltazos de Ortega a las prácticas de River arrancaron a fines del año pasado. Ya en octubre se había tomado una semana de licencia para arreglar “problemas personales”, luego faltó un día sin aviso y durante la pretemporada en Mar del Plata de este año volvió a ocurrir, y por eso el jugador debió abandonar la pretemporada para encarar un tratamiento contra su adicción al alcohol.