La Copa América parece haber recuperado el gusto por el gol, algo que no sucedía desde los últimos torneos por naciones. En los 22 partidos jugados hasta ahora, ronda preliminar y cuartos de final, se marcaron 72 goles, para un promedio de 3,27 por encuentro, apenas superior al promedio de 3,25 de la Selección Argentina, que anotó 13 goles en cuatro partidos.

“Me imagino, sin tener conocimiento del pasado, que es una de las Copas con más goles”, comentó ayer el capitán del equipo argentino, Roberto Ayala. “A mí contento no me pone –admitió con sorna–, sí que los hagan los delanteros de mi equipo, pero no que me los hagan. Pero para el espectáculo en sí, yo creo que es bueno.”

Las estadísticas de la Copa América de Venezuela marchan a buen ritmo para superar las marcas del torneo de 2004, en el que en 26 partidos fueron convertidos 78 goles, tres por encuentro. En la Copa de 2001, en Colombia, la cosecha fue de 60 tantos y un promedio de 2,31.

El promedio de gol de la presente edición de la Copa es incluso mucho mayor que la del Mundial de Alemania 2006, donde las defensas y los rígidos sistemas tácticos se impusieron a la improvisación y se promedió apenas un 2,3 goles por partido, la segunda cifra más baja de la historia, únicamente por encima de los 2,21 de Italia 1990.

La Eurocopa de Portugal 2004 no estuvo tampoco muy lejos de la Copa del Mundo del año pasado, pues en 31 partidos se anotaron 77 tantos, es decir, 2,48 por encuentro.

Los cuatro encuentros de cuartos de final en Venezuela, que se disputaron el fin de semana, estuvieron marcados por goleadas, dejando un total de 22 tantos, para un promedio espectacular de 5,5 por partido. El sábado, Uruguay venció 4-1 a Venezuela y Brasil arrolló a Chile por 6-1. La explosión goleadora continuó el domingo cuando México despachó a Paraguay por 6-0 y Argentina a Perú por 4-0.

Robinho encabeza la tabla de goleadores del torneo con seis tantos, a uno de igualar la marca que logró Adriano en Perú 2004. Lo siguen en la nómina Juan Román Riquelme y el mexicano Nery Castillo, ambos con cuatro goles.

Las goleadas de cuartos de final realzaron una primera ronda que se había desinflado en la última fecha, ya que en 18 partidos de los tres grupos se anotaron 50 tantos, con un promedio de 2,78 por partido.

El grupo más activo fue el C, que quedó encabezado por Argentina, con un total de 22 goles en seis partidos, nueve de los cuales los anotó el equipo de Basile.