Un deportista acusado de doping opina que los controles fuera de la competencia son ilegales, y a partir de hoy luchará ante la Justicia por lo que considera que es una cuestión de derechos humanos. El ciclista kazajo Andrei Kasheshkin, quien dio positivo por prácticas de doping sanguíneo mientras estaba de vacaciones con su familia, decidió presentar una denuncia en la ciudad belga de Lieja, donde reside, argumentando que realizar pruebas de doping durante las vacaciones viola los derechos humanos. En caso de que el ahora suspendido Kasheshkin gane el proceso, el sistema de control antidoping se enfrentará a la posibilidad de una debacle total.

“No tendrá éxito”, dijo Thomas Bach, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI). “Si el tribunal considera ilegal la lucha antidoping, significaría lo mismo que liberar el doping.” Sin embargo, el dirigente no niega que siente un cierto nerviosismo. El paso dado por Kasheshkin podría desatar una avalancha de juicios que aniquilaría todos los intentos de limpiar el deporte.

El abogado de Kasheshkin es el belga Luc Misson, uno de los que defendió exitosamente al futbolista belga Jean-Marc Bosman en su disputa por la cláusula de transferencia. El paradigmático caso Bosman derivó en la aplicación de la libertad de movimiento entre todos los ciudadanos de la Unión Europea.

La demanda del ciclista kazajo se basa en la Convención Europea de Derechos Humanos, cuyo artículo 8 se refiere a preservar la intimidad de las personas. Un juez debe ahora aclarar si una prueba realizada sin previo aviso durante las vacaciones viola ese derecho a la privacidad. De cualquier manera, se espera un proceso largo. “Está claro que en la lucha contra el doping pedimos mucho de los atletas: informaciones, estar siempre a disposición para los controles, controles de sangre y posibles tests de ADN. Pero los profesionales eligen su oficio libremente y en ese caso se someten a determinadas reglamentaciones”, afirma Bach.