La particular renuncia de Osvaldo Ardiles a la dirección técnica de Huracán, después de que el equipo de Parque Patricios realizara una elogiable campaña en el Apertura, tuvo un adicional capítulo de virulencia cuando el cordobés y el presidente de Huracán se acusaron ayer, mutuamente, de falsear la verdad. Ardiles sorprendió el domingo, al término del partido contra Vélez, con una diatriba contra el dirigente poco común en el fútbol argentino, y Babington le contestó ayer, aunque el ex integrante de la Selección campeona del mundo en 1978 no se quedó callado. Claudio Ubeda, integrante del plantel de Huracán, recibió ayer la oferta para hacerse cargo del equipo en el próximo Clausura.

“Babington me defraudó como persona, porque no me cumplió con nada de lo prometido cuando me trajo de Inglaterra para dirigir al equipo”, insistió ayer el entrenador cordobés. “Cometió una bajeza increíble por decir que me iba porque tenía un ofrecimiento y yo me vuelvo a Inglaterra. Acá no tengo nada con ninguna otra institución.”

“Ardiles dijo muchas mentiras y todo eso me sorprendió mucho. Se comportó irrespetuosamente”, contraatacó el presidente de Huracán. “Cuando él llegó a Argentina empezó a pedir cosas que no estaban estipuladas. Quería un auto, casa, pasajes... Por eso le hicimos una mejora en el contrato. Sin dudas, tuvo una mala actitud, sólo le importa la plata, pero cada uno elige su destino”, filosofó.

“Es mentira que yo quisiera cobrar por adelantado, antes que los jugadores –reaccionó Ardiles–. El llevó la situación al tema económico, pero lo concreto es que nunca me pagó el alquiler del departamento ni me alquiló el auto que me había prometido. No me pagaron el pasaje de Inglaterra, porque cuando me pagaron una parte me descontaron el pasaje. He perdido dinero, me cobraron hasta el hotel donde estuve instalado los primeros quince, veinte días”, acusó.

“Dice que no le pagué el pasaje desde Inglaterra y eso nunca lo arreglamos”, se defendió Babington. “Tiene un problema de dinero raro, de exigir solamente dinero. No había ningún motivo para este desenlace.” Y relató: “Le prometí que antes de irse de vacaciones le iban a pagar octubre. Se ofuscó, fui a la cancha a hablar con él a decirle que íbamos a arreglar, pero se portó irrespetuosamente, nos dejó al secretario y a mí hablando solos en la mitad de la cancha”.

Ardiles sacó más munición gruesa: “Huracán me pagó apenas dos puchitos de dinero. Lo que yo voy a pedir es que me paguen del primero hasta el último día en que llegué”. Y luego siguió pegándole a Babington: “Anduvo siempre escondiéndose, no venía nunca a la cancha, salvo con River. Ni siquiera estuvo después del clásico que empatamos de visitantes con San Lorenzo. Carlos se acostumbró a mentir y lo peor es que se cree sus propias mentiras”.

Babington dio su propia versión: “Huracán necesita credibilidad y seriedad, por eso habíamos pensado en Ardiles, pero estoy totalmente defraudado con él, que además miente mucho: voy al vestuario en todos los partidos. Tratamos de suavizar la cosa hasta que terminara el torneo, para no meter a los jugadores en este brete. Creímos que iba a tener un gesto de grandeza, admitiendo que se equivocó. Pero el problema de él es de dinero”.

Y cerró el ex volante de Huracán y el Tottenham Hotspur: “Babington me decepcionó como dirigente. El va a decir un montón de cosas ahora, pero los jugadores saben que vive desaparecido. Pueden preguntarles. El tiene un problema y desaparece, esa es su postura. Tendría que haber renunciado mucho antes, cuando se generaron todas estas estupideces”.