Los números de River hoy son tan rojos como su gloriosa banda. El resultado de un semestre en el que fue más noticia por las declaraciones de sus barrabravas o las polémicas entre el presidente José María Aguilar y el ex DT Daniel Passarella que por su fútbol dentro de la cancha, resultó una de las peores campañas desde que se juegan torneos cortos. El Apertura 2007 que acaba de ganar Lanús fue para River el tercero con menor rendimiento de todos los torneos cortos, que se juegan desde 1991.

Sólo en uno de esos campeonatos perdió más partidos que en éste: fue en el Clausura de 1996, en el que cayó en 10 encuentros, dos más que en el torneo que acaba de terminar. En ese mismo certamen le marcaron 33 goles, la misma cantidad que en el Apertura, aunque cabe aclarar que en aquel primer semestre del ’96, River descuidaba el Clausura porque jugaba y ganaba por última vez la Copa Libertadores de la mano de Ramón Díaz.

Este es el equipo que tomará Diego Simeone. Con la necesidad urgente de volver a dar una vuelta olímpica, con el sueño postergado de un trofeo internacional y con un plantel que rápidamente comenzará a depurarse y al que pretenderá sumarle algunas piezas de jerarquía.

En estos días, tras el anuncio formal de Simeone, comenzará a delinearse el nuevo River modelo 2008. Su equipo ideal sería con un 3-3-1-3 y para eso pidió fundamentalmente que se quedaran Augusto Fernández, Ariel Ortega y Fernando Belluschi. Pero para que esto se concrete quizás el técnico deba ceder en cuanto a la venta del colombiano Radamel Falcao, quien podría emigrar y dejar en River los euros necesarios para no desprenderse de otro jugador y poder alcanzar las famosas cuatro incorporaciones, de las cuales tres serían factibles y una muy complicada.

Los defensores Diego Placente y Sebastián Domínguez podrían ser los primeros en llegar. El primero está libre y quiere volver a Argentina, mientras que el segundo terminó su vínculo con Estudiantes y podría ser cedido a préstamo por el mismo grupo empresario (del iraní Kia Joorabchian) que lo vendió al Corinthians. Además, Domínguez está muy agradecido del gesto que tuvo Simeone al traerlo nuevamente al fútbol local, algo pretendía hacía tiempo. Otro del gusto del entrenador es el delantero uruguayo Sebastián Abreu, quien hace unos días desde México (está por empezar la pretemporada con Tigres) manifestó que le gustaría jugar en River.

El cuarto hombre es el más complicado. Tanto River como Simeone sueñan con las vueltas de Fernando Cavenaghi y Andrés D’Alessandro. El delantero juega actualmente en el fútbol francés, afirmó que “por la cuestión económica no hay problemas” pero, al mismo tiempo, admitió que si se le presenta una oferta para jugar en España la privilegiaría. Lo del mediocampista es aún más difícil, porque habitualmente es titular en el Zaragoza y la diferencia económica entre clubes es muy grande. Por ahora es momento de ir “día a día”, como decía Simeone en el campeonato que finalizó con título en Estudiantes.

El primer paso será dado esta semana cuando River, después de tantas vueltas, presente al reemplazante de Passarella. A partir de allí ambos comenzarán un camino en el que intentarán devolverle al club algo de toda la historia que se fue manchando en estos últimos años. En dicho camino la Libertadores asomará como la meta a alcanzar, el torneo local como algo a no descuidar y la Sudamericana como un gran consuelo en caso de mancar en los otros. Lo que estará presente también, ahí al costado del camino, acompañándolos, serán estos números, tan rojos como su gloriosa banda, que reflejan la actualidad y piden a gritos mejorarla.

La tercera peor campaña en torneos cortos