Desde Río de Janeiro

El ambiente de perplejidad generado en Brasil por la derrota ante Venezuela en un amistoso jugado la semana pasada alcanzó su punto máximo tras el tropiezo de la selección amarilla ante Paraguay. “Vergüenza”, tituló el prestigioso O Globo, al resumir el sentimiento de la “torcida” que vio al pentacampeón caer 2-0 y descender al cuarto puesto en la tabla de clasificaciones, un resultado que aumenta la presión sobre el técnico Dunga, en el cargo desde hace casi dos años.

“Dos derrotas consecutivas, ante Venezuela y Paraguay; ningún gol marcado, cuatro tantos sufridos, y un clásico contra Argentina, mañana. Son ingredientes listos para una presión sobre el técnico Dunga”, advierte el diario deportivo Lance.

La prensa deportiva brasileña fue unánime en apuntar al entrenador –y capitán del equipo tetracampeón en el Mundial de Estados Unidos ’94– como el principal responsable de la derrota sufrida en Asunción, al armar un equipo fuertemente defensivo, pero paradójicamente incapaz de frenar al ataque adversario.

“Paraguay demostró más técnica, más organización táctica, más determinación, más opciones en el banco. Tuvo además a (Salvador) Cabañas, quien confirmó la fama de verdugo de los brasileños al marcar un gol y meter dos pelotas en el palo”, afirmó Folha de S. Paulo.

“Peor que perder es jugar como un equipo chico”, sostuvo O Globo, mientras que el prestigioso comentarista Juca Kfouri, de Folha de S. Paulo, fustigó duramente el esquema táctico “miedoso” adoptado por Dunga ante Paraguay: “Los técnicos (brasileños) no aprenden que el miedo no es un buen consejero, además de ser todo lo que quiere el adversario”.

La derrota de este domingo hizo aumentar además en Brasil el temor a qué pasará mañana, cuando los brasileños recibirán en Belo Horizonte al archirrival Argentina. En el mismo estadio Mineirao, la “verdeamarela” se impuso 3-1 sobre Argentina en 2004, en las Eliminatorias del Mundial de Alemania 2006, pero en ese entonces Brasil tenía a Ronaldo, autor de los tres tantos de los locales, todos de tiro penal.

Ahora, tras las dos derrotas consecutivas, el ambiente en Brasil frente al clásico es de pesimismo. Dunga consideró “naturales” las presiones que enfrenta, pero rechazó el ambiente de pesimismo frente al duelo con Argentina. “Yo no tengo la bola de cristal. Ustedes son los que están pronosticando el resultado”, acusó Dunga a los periodistas.