Lo más trascendente de la noche mendocina para River fue el debut de Daniel Fonseca. Con un tiro libre preciso, con algo de complicidad de Abbondancieri, le dio a su equipo la posibilidad de ir a los penales. Y para completarla, con el tiro en la definición le dio el triunfo. El uruguayo había ingresado por Esnaider, que tuvo un debut opaco, muy preocupado en protestar. Los mayores desaciertos de River se mostraron en defensa. La línea de tres que plantó Ramón Díaz no se mostró acoplada y dejó espacios que supieron aprovechar los delanteros de Boca. Por ese motivo, tanto Garcé como Lequi debieron salir muy lejos y pagaron cometiendo muchas infracciones. A pesar de contar con un volante más, a River le costó prevalecer en la mitad de la cancha. Solamente D’Alessandro encontró espacios para complicar con su habilidad. En la contención lució Ledesma, que con su ubicación arregló los inconvenientes que le generó Boca. Por el contrario, el que defeccionó fue Ariel Ortega. Como delantero no inquietó como en otras oportunidades, y cuando pasó a jugar como enganche nunca consiguió aportar claridad. Otro que tampoco anduvo en su nivel fue Cambiasso, que no impuso su categoría en la mitad del campo.