Australia disparó una carrera loca hacia la organización del Mundial 2018 de fútbol, cuando el gobierno de Canberra anunció, en medio de la recesión global, una inversión de casi 30 millones de dólares para financiar una campaña de promoción. “Este anuncio muestra al mundo entero que tomamos muy en serio nuestro compromiso”, dijo la ministra de Deportes australiana, Kate Ellis. Lo curioso es que la iniciativa parece destinada al fracaso: si Australia ganase la nominación, el de 2018 sería el tercer mundial consecutivo en el Hemisferio Sur, después de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. “Si no estoy equivocado, Australia está también en el Hemisferio Sur. Es una solicitud lógica que la Copa del Mundo de 2018 regrese al Hemisferio Norte”, señaló el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. México, Estados Unidos, Inglaterra, España, Rusia, China, Japón, Holanda y Bélgica en forma conjunta, y Qatar, todos países al norte de la línea del Ecuador, fueron anunciando a lo largo del 2008 sus intenciones de organizar la Copa del Mundo de dentro de una década, y la FIFA aprovechó semejante entusiasmo, puntualizando que las ofertas deberían realizarse tanto para el 2018 como para el Mundial 2022, dado que la decisión sobre ambas sedes se tomará en junio de 2011. “Hay muchos contendientes. Cuando se abran las ofertas, todos deberían ofertar por los dos”, dijo Blatter.