Fue la tercera presentación de los Pumas en el Monumental, y también la tercera derrota. Y los jugadores argentinos coincidieron en que “no hay que echarle la culpa de la derrota a Felipe (Contepomi)”, apuntándole a los errores defensivos como principales responsables de la derrota.
“Estamos tristes y decepcionados –explicó Ignacio Corleto–. Imaginábamos otro partido. Tratamos de imponer el sistema táctico que habíamos practicado pero no pudimos. Sin embargo, yo no me voy preocupado con la derrota”, insistió el full-back del Stade.
Con Corleto coincidió Gonzalo Longo: “Tuvimos muchos defectos en el sistema defensivo –señaló el octavo del Narbonne–. Hay que tratar de mejorar el line y algunas otras cosas, pero no hay que bajar los brazos”. Longo aceptó que “los chiflidos del final te dan bronca y duelen, pero la gente reacciona como quiere. Perdimos ante el campeón del mundo y no hay que echarle toda la culpa a Felipe (Contepomi)”.
La sensación de desánimo era generalizada en el vestuario argentino. “Creo que no jugamos bien –aceptó Federico Méndez–, pero fue un partido atípico para el rugby de hoy, demasiado deslucido, sin opciones claras de ataque.”
Patricio Noriega, el argentino nacionalizado australiano que integra los Wallabies, de prolija actuación, estimó que no se puede hacer “un gran análisis táctico” del encuentro, por la manera en que se desenvolvió el test-match. “Fue un partido muy trabado, de muchos roces –apuntó el ex jugador de Hindú–. Lo fundamental era ganarlo.”
Con la visión de Noriega coincidió, en líneas generales, el entrenador australiano Eddie Jones. “Fue un partido realmente muy difícil de jugar, porque el equipo argentino puso mucho esfuerzo sobre la cancha.” Jones se mostró de acuerdo en que “hay que jugar esta clase de encuentros, a pesar de que el juego no haya sido lucido”.
Los australianos, que dominaron el line, señalaron que la falta de justeza de los kicks de Contepomi facilitó la tarea.