Hacía 36 años que la Selección Argentina no sufría una derrota tan aplastante en una Copa del Mundo como la de ayer contra Alemania en Ciudad del Cabo. Aquella tarde negra de Gelsenkirchen, cuando Holanda goleó con enorme superioridad al conjunto argentino que en aquella oportunidad dirigía el triunvirato integrado por Vladislao Cap, José Varacka y Víctor Rodríguez, el 26 de junio de 1974, dejó de ser la última. Este 0-4 de Sudáfrica 2010 iguala en el resultado a aquel 0-4 aunque profundiza un poco más la herida, porque significó la eliminación directa del Mundial.

Esta goleada inapelable termina de construir un podio de derrotas fabulosas de la Argentina en la historia de los mundiales. Sin orden de importancia, sino más bien cronológico, asoma en primer plano lo que en Helsingborg quedó grabado a fuego como “el desastre de Suecia”, el 1-6 ante Checoslovaquia en el Mundial de 1958, el 15 de junio de aquel año. La Selección que conducía Guillermo Stábile acusó entonces la falta de contacto con la vanguardia del mundo futbolístico y ese terrible cachetazo permanece en la memoria como una de las humillaciones más dolorosas a la riqueza conceptual del fútbol argentino.

La que nos asestó Holanda en Gelsenkirchen con la batuta de Johan Cruyff fue igual de dura aunque no representó la eliminación directa del Mundial de 1974, porque fue el primer partido de la segunda fase de grupos de aquel torneo, que con 16 equipos se jugaba de manera distinta, sin nocaut. Sin embargo, pese a que el resultado en contra fue el mismo apabullante que el de ayer, aquel fue más duro en términos futbolísticos porque la Selección casi no cruzó la mitad de la cancha y su papel se redujo entonces al de un mero sparring del equipo naranja. A diferencia de lo que ocurrió en la víspera en Ciudad del Cabo.

El 0-4 en Sudáfrica completa el podio de las más aplastantes goleadas en contra de la Selección en los mundiales; fuera de ese ámbito, pero en terrenos competitivos, otras dos merecen rescatarse por su contundencia: el 0-5 ante Colombia en el Monumental, el 5 de setiembre de 1993, y el 1-6 frente a Bolivia en la altura de La Paz, hace 15 meses nomás, el 1º de abril de 2009, ambas por las Eliminatorias sudamericanas. El 0-5 continúa siendo el peor baldón, con baile incluido, la única afrenta de ese estilo en territorio nacional. Después de esa goleada propinada por Valderrama y compañía, el entonces presidente Carlos Menem sugirió que Diego Maradona debía volver a la Selección. En La Paz y ayer en Ciudad del Cabo, en dos de estas cinco goleadas de terror, Maradona estuvo al frente del equipo. Es decir, de los 20 partidos en que dirigió a la Selección Argentina, dos acabaron en papelón.