–¿Qué han hecho en Boca para aventar las sospechas de irregularidades en sus divisiones inferiores?
–Esto lo discutimos duramente en las reuniones de comisión directiva. Es uno de los temas a corregir. En un país con tantas necesidades abundan los representantes, los intermediarios, se les acercan a los padres, da la impresión de que estamos en una cueva de mercaderes y negociando chicos de doce, trece o catorce años. Es lamentable, pero es un problema del país y del fútbol.
–¿Cuáles son las cuestiones que discutieron en la comisión directiva?
–Jugadores que aparecen en Boca y al otro día están en Europa y nos dicen “ah, bueno, la patria potestad”. No se tomaron las medidas para que ese jugador que formamos durante varios años desaparezca del club. Está el caso del chico Ledesma, que nunca apareció el dinero de la compensación. Había llegado a Boca desde el sur y un día apareció jugando en la Primera del Lecce en Italia.
–¿No cree que les pagaron con la misma moneda? ¿Ustedes acaso no despojaron a Argentinos de numerosos jugadores?
–Esas fueron negociaciones de club a club. Nosotros necesitábamos rearmar el semillero y fuimos a hablar con ellos porque tenían problemas económicos que nos estaban planteando. Y les dijimos que podíamos comprar algunos jugadores. Fue por iniciativa de Boca pero con la firma y el consentimiento de los dirigentes de Argentinos. No les sacamos los jugadores, sino que les pagamos. Nosotros arriesgamos, porque muchos pibes después se quedan. Esta es una actitud clara, hecha a la luz del día.
–¿Han detectado corrupción en algún momento?
–Gregorio Zidar, que está al frente del departamento de fútbol amateur, desplazó por algunos problemas internos a uno de los colaboradores de Griffa. Es lo que tratamos de detectar, uno presupone... pero hay que tener pruebas para esto. Yo puedo decir que de los dirigentes importantes de Boca ninguno está metido en este problema. Estoy totalmente convencido. Pero como hay tantos colaboradores, tantas personas, uno escucha rumores y tiene más que sospechas.
–Hace unos meses, José María Aguilar, el presidente de River, le dijo a este diario sobre el mismo tema que en su club había detectado “carpas”, que había levantado unas y se habían colocado otras. ¿En Boca también hay “carpas”?
–Es así también. Con los chicos es mucho más grave lo que sucede que con los profesionales. Porque todo el mundo trata de salvarse. Como dijo José María, desmonta carpas y al otro día arman otras.