DEPORTES • SUBNOTA › LOS TENISTAS SE QUEJAN DE LAS BOLAS CON LAS QUE SE ESTá JUGANDO
› Por Sebastián Fest
Desde París
Sin jugador no hay tenis, pero sin raqueta ni pelotas, tampoco. Y son las pelotas las que están en el centro de la polémica en el Abierto de Francia. ¿Son buenas o malas? Los jugadores no se ponen de acuerdo, aunque predominan las críticas al producto de la firma francesa Babolat, que tras 24 años de ausencia regresó a Roland Garros como proveedor de cuerdas y raquetas. Adiós así a Dunlop, la pelota que se utilizó hasta la edición anterior, la misma que golpearon una y mil veces los jugadores en los torneos previos a París. “Las pelotas son rápidas al comienzo, un poco difíciles al principio. Pero al final, no son tan rápidas”, explicó el suizo Roger Federer, en una frase que revela que el asunto no es sencillo de explicar. “Los espectadores a veces ni se dan cuenta cuando hay un cambio a pelotas nuevas en el partido, pero nosotros sí”, añadió el ex número uno del mundo. Con la Babolat, dice, “hay una gran diferencia entre la pelota nueva y lo que queda cuando se desgasta”.
Toda una curiosidad: Rafael Nadal, número uno del mundo, tiene entre sus principales patrocinadores a Babolat, la raqueta con la que juega desde hace años. Pero el martes debió admitir que la pelota lo complicó en su victoria ante John Isner. Tanto, que fue la primera vez que debió recurrir a un quinto set para ganar un partido en Roland Garros.
“Golpeé la bola con un poco de miedo”, dijo Nadal, que encontró sin embargo una vía de escape: el problema no pasa por la pelota que se utiliza en París, sino por la que él y sus colegas debieron golpear en las semanas previas, una pelota que considera demasiado “blanda”. La dificultad, añadió, pasa por el poco tiempo de adaptación entre una y otra. “A mí me viene mejor que sea más rápida –dice Andy Murray–, pero yo sólo pido que se juegue con la misma pelota durante toda la temporada de polvo de ladrillo.”
Podría pensarse que al serbio Novak Djokovic le da igual qué pelota impactar. Pero no, tampoco lo convence el cambio. “Son realmente muy diferentes de las de anteriores Roland Garros, muy rápidas y difíciles de controlar. Quizá favorezcan a los sacadores y a los grandes pegadores, pero no obviemos que esto es polvo de ladrillo, que se juega a cinco sets. Por eso pongo más énfasis en la resistencia física.”
“Esta pelota es dura, bien dura, corre bastante”, analizó ayer Juan Martín Del Potro. “El peso, el color o la dureza de la pelota no es lo que más importa. Lo importante es ponerla del otro lado y que entre.”
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