La definición del Grupo B generó polémicas. España, que venía ganando con cierta comodidad cuando promediaba el último cuarto, terminó perdiendo 88-82 ante Brasil, con lo que pareció elegir rival: en cuartos de final jugará contra Francia y, de esa manera, no se cruzaría en las hipotéticas semifinales con Estados Unidos. Y ese resultado también determinó que Argentina se juegue su chance de pelear por las medallas en el clásico ante Brasil.

“Yo nunca elijo rivales. El que nos toca, nos toca. Para llevarse una medalla hay que ganarles a todos”, remarcó Luis Scola en diálogo con la agencia Télam. “Nosotros teníamos que tratar de hacerle un partido incómodo a Estados Unidos, lo logramos por momentos, durante el primer tiempo. Después ellos sacaron una diferencia grande y se nos hizo imposible seguirles el ritmo”, agregó. De esa manera, sin decirlo explícitamente, el capitán argentino aludió a la llamativa derrota española, que perdió 31-18 el último cuarto y que incluso motivó el rumor de una protesta de la delegación francesa, aunque la FIBA se encargó de desmentir la versión.

Más allá de la polémica, el rival argentino en los cuartos de final será Brasil, que cuenta con el cordobés Rubén Magnano como entrenador. “Queremos ganarnos mutuamente, juguemos lo que juguemos, desde el ping-pong hasta esto”, remarcó Emanuel Ginóbili. “Los Brasil-Argentina tienen siempre un sabor particular y trataremos de hacer el mejor juego posible”, indicó el escolta argentino. Los antecedentes entre ambos son innumerables, aunque los últimos años se dieron cruces memorables. Argentina se impuso en los octavos de final del Mundial de Turquía 2010 y en la final del Preolímpico de Mar del Plata, pero los brasileños se impusieron en la primera fase de ese certamen. En los amistosos de preparación, los de Lamas se impusieron en el Luna Park y los de Magnano en Foz do Iguazu. “Será casualidad o no, pero parece que somos dos trenes que se juntan por el mismo camino”, graficó Scola.