En la doble jornada de Eliminatorias que se iniciará este viernes con el duelo ante Venezuela en el Monumental, y que se cerrará el martes en Bolivia, el seleccionado argentino tendrá un desafío mucho mayor que quedarse con los seis puntos. Una de las virtudes que se le atribuyen a Alejandro Sabella desde su llegada al equipo nacional es la consolidación del funcionamiento de una delantera –encabezada por Messi– para que los atacantes puedan demostrar el alto nivel que ostentan cada fin de semana en sus clubes. Con Agüero desafectado por un problema en la rodilla, y sin Di María, suspendido por una fecha, el objetivo será brindarle comodidad a sus reemplazantes (Lavezzi y Montillo asoman con más chances) para que puedan acoplarse a un ataque armado, pero que aún busca hombres de recambio. Cuatro días después será el turno de Bolivia y sus temibles 3652 metros de altura. La apabullante derrota 1-6 con Maradona a la cabeza, último partido jugado en La Paz, aparece en el horizonte como un recuerdo tan doloroso como inevitable. Será un duro examen, pero deberá ir con la lección aprendida. Por eso, es probable que Sabella relegue protagonismo y no disponga el mismo equipo ofensivo que planea ante los venezolanos.