–¿Cómo definiría en términos poéticos a Menotti y a Bilardo?
–Menotti tiene una vibración lírica con el fútbol. Para Menotti el fútbol es un cielo. El problema de él es que quiere idealizar el juego, como ocurre con mucha de la literatura sobre fútbol y del fútbol.
–¿Por qué problema?
–Es que, del otro lado de esta idealización, lo que habría que tratar de ver en funcionamiento es una lógica más corporal, más material, en el sentido de la experiencia. Por supuesto que el fútbol es un fenómeno complejo, que está rodeado de materialidad por todos lados, pero me refiero al acontecimiento.
–¿Y Bilardo?
–Me parece que Bilardo está más atraído por el grotesco. No tiene ningún prejuicio con la representación del ridículo y eso es un ingrediente, un factor más del fútbol. Finalmente son todas intimidades con la experiencia del fútbol, son subjetividades que están ahí, en juego.