Alberto Candioti, el ex asesor de Julio Grondona en la AFA acusado de violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura, continúa detenido en Uruguay a la espera de su extradición. Ya pasaron más de cien días desde que fue descubierto en un operativo de Interpol y se conocen nuevos detalles sobre su participación en la represión. La revista santafesina Código 3000 acaba de publicar una investigación del periodista Nicolás Lovaisa en la que dice que el militar “tuvo injerencia en al menos tres centros clandestinos de detención: en la Brigada de Investigaciones de San Justo, en el Pozo de Banfield y en La Cacha”. El artículo agrega que “su legajo militar despeja cualquier duda: fue parte del Destacamento de Inteligencia 101 desde el 28 de diciembre de 1977 hasta el 4 de mayo de 1979. Durante mucho tiempo su tarea no fue menor: fue jefe de la Sección Comando y Servicios entre el 9 de enero de 1978 y el 7 de abril de 1979”. Candioti tenía poder de decisión en al menos un centro clandestino, La Cacha. Allí estuvo detenida Laura Carlotto, hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto. Mientras era represor, el ex dirigente también cumplía funciones como delegado del club santafesino ante la AFA entre 1977 y 1980. De ese período provienen las acusaciones sobre su presunta participación en la desaparición del conscripto Roberto Suárez, quien se encontraba a sus órdenes en el Batallón de Anfibios 601 de Santo Tomé. Fue vicepresidente durante la segunda gestión de José Néstor Vignatti, aunque luego se convirtió en su primer opositor: en 2002 fue candidato a presidente por la agrupación 555, pero fue derrotado en los comicios.