Eduardo “Lalo” Vega, antes de ser elegido presidente de Colón, jugó como puntero derecho en el mismo club que ahora conduce. En la temporada 1977-78 integró una delantera que hizo historia, con Luñiz y Aricó. Se recibió de médico y también cumplió ese papel durante unas veinte temporadas junto al plantel profesional. En esa condición, es recordado por una situación que se produjo en la temporada 1992/93 durante un partido entre Atlético Rafaela y su equipo de toda la vida, por el torneo de la B Nacional.

El arquero rival sacó desde su área después de una protesta de todo Colón, un delantero fue a buscar la pelota sin marca y con espacio como para convertir un gol. Vega entró a la cancha y se lo impidió. Interceptó el pase, terminó en el piso y se armó un revuelo bárbaro que al ahora presidente le costó un año de suspensión aplicado por el Tribunal de Disciplina de la AFA.

En Santa Fe todavía se evoca ese episodio en las charlas de café. Inclusive, se puede ver el video en YouTube. También volvió a recrearse en los medios cuando el médico ganó las elecciones con el 68,8 por ciento de los votos. Su lista, Resurgir Sabalero, sacó 3596 sufragios, y le ganó por una notable diferencia a la segunda, que consiguió 1023.

Vega comentó que lo convencieron sus hijos (“En qué lindo lío me metieron”, dijo) y la primera medida que tomó fue declarar persona no grata a Lerche, el presidente con el que convivió como médico del plantel durante los últimos siete años. Las investigaciones sobre la comisión directiva anterior determinarán su suerte. El dato no es menor en un fútbol donde todo pasa y la mayoría de los dirigentes renuncian o terminan sus mandatos salpicados por denuncias de corrupción.