Argentina terminó encontrando los caminos que le permiten seguir en la Copa del Mundo a través de Angel Di María. El jugador del Real Madrid, como en otras oportunidades, insistió con sus gambetas y su rapidez para provocar el desconcierto entre los suizos. El cambio posicional que determinó el técnico, cuando lo mandó a la derecha, no lo favoreció mucho por su perfil, pero igualmente siguió en la búsqueda del desequilibrio ante Inler y Rodríguez. A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los partidos, donde se intenta encontrar socios para combinar con Messi, en este caso fue él el que se ofrecía como alternativa principal. Di María volvió a sorprender en el final del partido, donde sus compañeros ya mostraban cansancio, él seguía encarando en velocidad. Una situación similar se dio en el duelo de Eliminatorias ante Bolivia, en la altura de La Paz, cuando en el final seguía corriendo para dejar atrás tanto a los rivales como a los propios argentinos. Su capacidad para controlar la pelota también fue determinante, mientras a otros les resultaba complicado. En una jugada quedó muy claro que no puede rematar con la pierna derecha, buscando un centro de rabona, pero su gol hizo olvidar cualquier defecto.

120 minutos en el campo de juego

12 tiros al arco

45 pases

2 robos de pelota

32,3 km/h de velocidad máxima

12,595 km recorridos en el partido