Desde Brasilia

Alejandro Sabella se caracteriza por no demostrar mucho sus sentimientos. Y a pesar de haber conseguido un logro histórico para el seleccionado argentino, se mostró sereno y cauto para lo que le toca vivir. “Es una gran alegría para los jugadores y para todos los argentinos”, dijo. Esas fueron las primeras palabras que ofreció luego del partido. Con la mirada perdida, al técnico se lo veía agobiado por lo que había pasado un rato antes en el estadio Mané Garrincha. Como íntimamente sabía que su apuesta había dado los resultados esperados, aprovechó para dejarlo en claro adelante de todos. “Fue un partido excelente desde lo táctico y lo estratégico. Estamos todos muy contentos. Pero ahora vamos por más”, lanzó, con una pequeña sonrisa que rompió su cara rígida.

También hizo su propio festejo por el desempeño de Gonzalo Higuaín. El delantero venía jugando lejos de su mejor nivel, pero el técnico lo sostuvo y le dio la clasificación. “Higuaín necesitaba rodaje. Venía de una lesión seria y lo único que le faltaba era continuidad, pero estaba recuperado. Por eso nos pone muy felices por él”, destacó, pero esa felicidad también era compartida por el propio Sabella y el resto del cuerpo técnico.

“El equipo fue muy equilibrado”, insistió. “(Enzo) Pérez hizo –continuó– un partido muy bueno, y eso que le tocó ingresar en un momento difícil por la lesión de un compañero.” Cuando le preguntaron por el carácter de los jugadores para afrontar instancias complejas, Sabella expresó que “es un grupo muy compacto, que cuando sale a la cancha entrega el 120 por ciento”.

El conductor también remarcó lo que considera determinante en este juego. “La ocupación de los espacios es la clave de todo, lo que más preocupa a todos los entrenadores. Y a mí también me preocupa”, señaló. El entrenador volvió a tener palabras elogiosas para Lionel Messi (foto), a quien consideró como “agua en el desierto. Lo de él es muy valorable. Hoy (ayer) jugó un gran partido, con más sacrificio que otras veces, y eso nos ayuda muchísimo”.

En relación con la situación que le toca vivir a Neymar, el entrenador argentino expresó: “Para los que jugamos al fútbol, y yo fui un buen número diez, es una pena no poder ver a hombres como Neymar. Es como si al fútbol se le cae una lágrima. El tenía un sueño muy grande con este Mundial y ahora le toca pasar un momento que nunca imaginó”.