Los organizadores del Rally Dakar autorizaron ayer recorrer el salar de Uyuni en la octava etapa de hoy desde el poblado boliviano de Uyuni hasta el balneario chileno de Iquique. “El Dakar pasará por el salar, tenemos el visto bueno de nuestra comisión”, anunció Gregory Murrac, de la empresa que organiza la competencia.

El salar de Uyuni, en el sudoeste de Bolivia, es el mayor desierto de sal del mundo, con una superficie de 10.582 kilómetros cuadrados, que se encuentra a 3650 metros de altitud. “La carrera podrá pasar por el salar. Yo mismo lo he atravesado sin dificultades. Iba en helicóptero, pero hemos visto claramente que no había agua. Estamos cruzando los dedos para que no llueva y puedan pasar por el salar”, expresó el presidente boliviano Evo Morales, quien recibió y saludó a los pilotos de la modalidad de coches en su ingreso a Uyuni. Se calcula que unas 90 mil personas vieron el paso de los vehículos.

El ganador de la séptima etapa, el argentino Orlando Terranova, entusiasmado por la recepción en Bolivia, le regaló su gorra al mandatario boliviano. “Fue una etapa técnica. Increíble la cantidad de banderas bolivianas en toda la ruta, parecía un clásico Boca-River”, dijo Terranova, que no ocultó su deseo de recorrer el salar de Uyuni en su paso a Chile. “Vi tantas fotos del salar, quiero correr por ahí”, agregó. Uyuni fue por segundo año escenario del Dakar. Músicos, bailarines, modelos, guirnaldas de hoja de coca, banderas y papel picado abundaron en la llegada, aspecto que entusiasmó a los pilotos. “Bolivia es maravillosa”, expresó el estadounidense Robby Gordon, que a pedido del presidente Morales hizo un salto con su vehículo en la rampa de llegada.