¿A usted le gusta el fútbol?

–Sí, aunque voy muy poco como espectador. Dejé de ir por la violencia que se desata con bastante frecuencia. Cuando iba me daba la sensación de que era para trabajar antes que para disfrutar de un partido.

–¿Qué le pareció el fallo de la Conmebol?

–Fue la representación en la práctica del uso del poder. El poder domina al derecho y, en este caso, el poder de la Conmebol o de la FIFA determinó la sanción. Cada uno maneja su poder.

–¿Percibió que el poder del fútbol buscaba un escarmiento contra Boca que en definitiva el fallo no materializó?

–No, yo no lo vi así. Algunos dicen que detrás del ataque con gas pimienta hubo una cuestión política, pero para mí hay un hecho criminal que por ahora está calificado como lesiones leves y eso es producto de la impunidad y la retroalimentación de la violencia. En la unidad que integro, hemos encontrado vinculaciones con piratas del asfalto, narcotraficantes, sicarios y grupos que extorsionan. Y es a partir de causas del fútbol.

–¿Nos da un ejemplo?

–En 2008 hubo dos colombianos muertos por sicarios en Unicenter y el fiscal que intervenía comprobó en conversaciones telefónicas las vinculaciones de un sector de la barra de Boca que estaba relacionado con la conexión local de los sicarios colombianos. Y aparecía el tema de las drogas. O de las armas. Es muy común que manejen armas o tengan un armero. Así son las asociaciones ilícitas.

–¿Qué opina del tratamiento periodístico que se le está dando al grave incidente con el gas pimienta?

–Cuando me pidieron una opinión traté de que fuera completa, contextualizada. Vi en muchos periodistas, no en todos –lo que motivó que suspendiera las entrevistas–, una reducción de la búsqueda de la verdad, tratando de mantener noticias que les permitan vender, sin importar lo que dicen. Eso me produjo mucho pesar. Uno no tiene por qué estar pensando en que van a tergiversar una información o que van a agrandar algo.