“Sentí ahogo, nervios, muchas sensaciones y todas lindas, obviamente. Por eso es difícil dejar de jugar porque extrañás todo eso”, dijo Pablo Aimar, después de volver a jugar en la Primera de River al cabo de 14 años. Ese retorno que se hizo esperar, todos esos sentimientos recuperados en el partido contra Central por el torneo local y en la media hora que le tocó ingresar por Copa Argentina frente a Liniers de Bahía Blanca podrían estar llegando a su final. Porque la decisión de Marcelo Gallardo de dejarlo afuera de la lista de buena fe de la Copa Libertadores podría precipitar su despedida del fútbol profesional. Lo cierto es que el volante cordobés, de 35 años, realizó tareas diferenciadas al resto de sus compañeros. Sin embargo, cuando se lo unió al plantel, el enlace mostró signos de dolor en su tobillo. Sumado a eso, una molestia muscular conspiró para verlo en acción en estos tres encuentros. Por ahora continúa por su amor propio, pero no se sabe hasta cuándo. Por otro lado, el juvenil Sebastián Driussi quedó afuera del partido de ayer porque sufrió una gastroenteritis viral.