–El cuadro de esta edición fue muy elogiado por los jugadores. ¿A usted, como organizador, lo hace pensar en subir un escalón la jerarquía del Argentina Open?

–Personalmente, el tema de la categoría 250 o 500 es sólo un número. Convertirlo en un 500 implica poner un millón de dólares más en premios, además nosotros no nos miramos como un 250. Estamos en una muy buena semana, con un cuadro como puede tener cualquier torneo 500, entonces por ese lado te diría que el interés por ser 500 no existe.

–¿Cómo se trabaja entonces, a partir de este éxito, el cuadro del próximo año?

–Con respecto al futuro y al cuadro de jugadores, lo que te diría es que ya hubo un cambio entre el 2014 y el 2015 con respecto a los jugadores, con el arribo por ejemplo de Rafa Nadal. Nos sentimos obligados a ser más agresivos a la hora de salir a buscar jugadores, y jugadores distintos que no hayan estado en argentina. Antes éramos bastantes pasivos entre el torneo y el US Open, pero cambiamos y ahora vamos a volver con este mismo esquema. Es más, en Miami comenzaremos a hablar con los jugadores para el 2017. La idea es mantener un cuadro como el de este año, y si podemos sobrepasarlo.

–Usted dijo tiempo atrás que los jugadores no vienen a Buenos Aires por la plata. ¿Cómo se hace para convencerlos de jugar aquí, para que el torneo se vuelva atractivo para los jugadores y el público?

–Primero estamos en Buenos Aires. Con todo lo que quieras pensar. Las dificultades del país, la situación económica y la situación política, Buenos Aires sigue siendo un destino para los jugadores. De esto no caben dudas. La mayoría de los jugadores que vienen se sienten en su casa, y eso es clave. Ellos son nuestros principales promotores. Los mejores portavoces de nuestro torneo. Y eso hace la diferencia. Los jugadores del circuito están al tanto de quiénes están jugando en Buenos Aires y entre ellos se preguntan cómo lo te trataron aquí o cómo te trataron allá, o cuál fue tu experiencia. En ese sentido está clarísimo cuál es nuestra estrategia.

–¿Cree que el reconocimiento del público hacia los jugadores ayuda en esto?

–Este es un torneo que tiene ambiente desde su primer día. No es normal ver gente mirando tenis desde el lunes. El público argentino aprecia el buen tenis y no le importa si el jugador es argentino, español o austríaco. Y creo que eso también hace diferencia a favor de Buenos Aires como plaza tenística.

–¿Hay nombres ya apuntados como objetivos para el 2017?

–No hay ninguno todavía. Eso recién lo empezamos hablar ayer y lo que por ahora definimos es que trataremos de ir por dos o tres nombres que no hemos tenido anteriormente, pienso en un Berdych, por ejemplo, y definimos también que iremos a buscar ciertos jugadores que ya han estado aquí y a los que les daremos prioridad. En las próximas dos semanas tendremos una lista y comenzaremos a trabajan en ello.

–¿Juan Martín Del Potro está dentro de esa lista?

–A nosotros nos encantaría que Juan Martín juegue aquí. Pero está el tema de la superficie y él ha elegido jugar en esta época en superficies duras y tomó la decisión de volver jugando en Delray Beach. De todas maneras, como organización nos encantaría poder contar con él, y que eventualmente se decida a jugar aquí, en su país. Nosotros volveremos a hablar con él y con su agente.

–¿El ATP de Buenos Aires podría cambiar de superficie en el futuro?

–Eso es algo que por ahora no está en los planes. Somos un torneo que se juega sobre polvo de ladrillo. No sé en el futuro, si la gira cambia, pero por ahora seguiremos jugando en esta superficie.

–¿Para 2017 piensan repetir un cuatro de 28 jugadores o volverán a los 32?

–Eso es algo que tenemos que evaluar. Este año, por ejemplo, tener un cuadro de 28 nos ayudó porque nos permitió sumar jugadores como Isner o Tsonga, quienes se comprometieron a venir al saber que iban a debutar en segunda ronda, a mediados de la semana; lo mismo el caso de Ferrer y de Nadal. Vamos a ver cómo seguimos el año que viene, pero igualmente te digo que el cuadro de 28 nos ha funcionado muy bien los últimos dos años.