Dom 09.05.2004

DEPORTES • SUBNOTA

Una larga lista que llega a diecisiete

› Por Gustavo Veiga

Los desaparecidos del La Plata Rugby Club, hasta donde Página/12 pudo comprobar durante la entrevista y por medio de otras fuentes, serían diecisiete. Varios, como Santiago Sánchez Viamonte, Mariano Montequín, Hernán Rocca, Otilio Pascua y Pablo Balut, llegaron a jugar en la categoría superior en el primer lustro de los años ’70. Incluso, algunos ganaron el Seven de verano que se realizó en 1974 en el club DAOM, con 128 tantos a favor y apenas 24 en contra, a lo largo de siete partidos. Pero también hubo otros jugadores que alternaron en Primera División o pasaron por las divisiones juveniles, que desaparecieron o fueron asesinados antes y durante la dictadura militar instalada en 1976. Se los cuenta entre las víctimas del terrorismo de Estado y de la Triple A.
Jorge Moura, hermano de Federico –el cantante fallecido del grupo Virus–, es uno de ellos. Raúl Barandarian evocó al músico en su otra faceta: “Era zurdo, muy buen jugador”. “Y su hermano mayor, Jorge, militaba en el PRT”, completó Pablo Balut (h). En una de las tantas fotos que atesora Verónica Sánchez Viamonte se los ve a los Moura –muy parecidos entre sí– formados en el mismo equipo de seven.
Rodolfo Jorge Axat era hijo del doctor Carlos Alberto Axat, quien había sido juez de la Corte Suprema bonaerense. Alfredo Reboredo, también desaparecido, era hijo de un actual camarista del fuero federal. Luis “Luti” Munitis, quien llegó a jugar en la Primera y fue entrenador de Barandarian, Marcelo “Beto” Bettini, Abel Vigo, Eduardo “Manopla” Navajas, Mario Mercader, Pablo Del Rivero y otros jóvenes que durante la nota sólo fueron recordados por sus apodos, también figuran en la extensa lista de desaparecidos unidos por la camiseta amarilla del La Plata Rugby Club. Ellos son el “Shortorn” Sierra, “Pinino” Lavalle y el “Choclo” Alvarez.
Los otros clubes de la ciudad o de sus inmediaciones, Los Tilos, San Luis y Universitario, también tienen desaparecidos cuya memoria evocan. Diego Sánchez Viamonte recordó a un grupo de su camada en el Colegio Nacional que “fue en patota a jugar en la U. Casi todos eran militantes de la JP o de la JUP. Ricardo Posse, el ‘Negro’ Cordero...” y la memoria se le pierde. En San Luis, de la congregación marista, jugaba como medio scrum Ricardo Dakuyaku, quien cuando desapareció, el 6 de diciembre de 1977, tenía apenas 22 años. Estudiaba arquitectura como los jugadores de La Plata, su tradicional rival y, todavía hoy, Verónica Sánchez Viamonte busca a sus familiares para compartir sus historias.

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