En el despliegue del Kily González, en la mitad de la cancha, y en las proyecciones de Javier Zanetti, por el sector derecho, estuvieron las actuaciones más destacadas de un equipo argentino donde las individualidades que se supieron lucir en la goleada por 6-1 ante Ecuador estuvieron ausentes ayer, frente a México. En la zona de ataque, Saviola estuvo muy contenido entre los centrales mexicanos y no tuvo espacios como para desequilibrar. D’Alessandro, en la generación de juego, careció de efectividad en las asistencias y no mostró la pausa que necesitaba la selección de Bielsa para escapar del vértigo constante que propone su juego.
Jugadores como Sorín y Luis González, que habían tenido actuaciones claves en el debut del equipo argentino en la Copa América, no pudieron destacarse dentro del funcionamiento colectivo del equipo. En el primer tiempo, Sorín no pudo subir por la banda izquierda al punto de convertirse en una variante ofensiva más. El lateral fue bien contenido por la acción del mediocampo mexicano. En cambio, en el complemento, el ex jugador del PSG pisó varias veces el área rival, pero sin llegar a ser desequilibrante. En tanto, el volante de River estuvo muy errático con la pelota y falló en varias entregas. Mascherano fue una pieza clave en la recuperación de la pelota en el medio. Pero no se comprometió en la ofensiva del conjunto argentino.
En defensa, Argentina contó con actuaciones sólidas. Heinze estuvo preciso en la recuperación y en la marca, al igual que Ayala. El capitán, además de cumplir en su puesto y no cometer errores en la última línea, generó algunas chances de gol cuando fue a buscar de cabeza en el área adversaria. Abbondanzieri estuvo muy seguro en el arco y en el gol de Morales no tuvo ninguna responsabilidad.
En el segundo tiempo, ingresó Tevez por Luis González, pero el delantero de Boca no aportó acciones decisivas al juego del equipo. Entró muy pocas veces en contacto con la pelota y no contó con ningún mano a mano. Delgado, que tuvo una situación clara en el primer tiempo, fue reemplazado por Mauro Rosales, que intentó algunos desbordes sin concretar acciones de peligro. Figueroa entró por Sorín, en un intento del entrenador por incrementar el poder ofensivo del equipo. Pero el jugador del Cruz Azul de México no pudo crear peligro ni asistir a sus compañeros en el ataque.