Hace unas semanas, parecía que la dupla Guillermo-Palermo era parte de la historia. Sin embargo, en cuatro días, la vieja sociedad recobró vigencia a partir del primer gol del clásico y de la gran actuación que ambos cumplieron en el triunfo ante Junior. Barros Schelotto fue una de las principales figuras de la cancha y participó en los tres primeros tantos de Boca, en tanto que Palermo colaboró con dos.
Como en la vieja etapa con Bianchi, la dupla resultó vital para que Boca ganara. Se buscaron, se encontraron y, claro, se asociaron en varias acciones para generarles problemas a los defensores del Junior. Antes del minuto, la viveza de Barros Schelotto apurando un corner derivó en el primer gol de Guglielminpietro. Luego, los dos se juntaron en el segundo gol. Palermo capturó un fallido tiro al arco de Schiavi y no pudo dominar la pelota, aunque alcanzó a tocar para su socio. Barros Schelotto ingresó al área, limpió a un defensor y habilitó a Palermo, que de primera y de zurda sometió al arquero Pérez.
A lo largo del juego, los dos mostraron su nueva faceta: Guillermo, con menos desborde que antes, utilizó su inteligencia para encontrar espacios y desde ahí generar juego. De esa forma metió el centro perfecto para que Guly anotara el tercer tanto. Palermo, con mucha confianza en su técnica, se disfrazó durante muchos pasajes de armador y hasta tiró tacos y lujos. Para coronar la noche, el ex delantero de Estudiantes fue a atorar a Pérez y tuvo su premio cuando el arquero pifió el despeje: de derecha y de primera convirtió el cuarto gol de Boca.