Sebastien Loeb está a 64 kilómetros, en Traslasierra y el ProRacing, de marcar un record mundial: si conserva la punta, será el primer piloto en ganar seis rallies consecutivos en la historia del Mundial. “No pienso en el record, tengo buena ventaja pero no hay que confiarse.” El noruego Petter Solberg, que lo seguía, se quedó sin frenos y se fue varias veces del camino, perdiendo el segundo lugar a manos del finlandés Marcus Gronholm, que ayer fue más rápido que Loeb. “Pero es difícil que le gane la carrera: no se equivoca nunca”, reflexionó.
Pese a la dureza del camino, pesado y con barro, hubo pocos abandonos y por eso Marcos Ligato y Luis Pérez Companc, los mejores argentinos clasificados, se mantienen 13 y 14 aunque la diferencia entre ambos se amplió a más de un minuto. Ambos se despistaron a causa del barro, e insisten en ignorarse diplomáticamente. “Yo no corro contra nadie sino contra mi performance –dijo Pérez Companc–. Me doy cuenta de que puedo andar una marcha más arriba de lo que me indica la hoja de ruta. Yo esperaba estar un poco más adelante, entre los diez primeros.”
Lo mismo pensaba Ligato, que sufrió un problema con el diferencial central. “Tuve menos problemas, pero perdí bastante tiempo. El que va adelante (el alemán Antony Warmbold) me lleva casi cinco minutos, no vale la pena arriesgar y quedar fuera de carrera.” Recordó, como al pasar, lo sucedido el día anterior. “Esperaba terminar entre los diez primeros, pero con el incidente con Pérez (sic) se empezó a complicar todo.” Al final se acordó de su amigo Nalbandian: “Me dormí mirando el partido de dobles, y antes de largar hablé con él por teléfono”.
El tercer argentino en el grupo del Mundial, Juan Pablo Raies, sufrió un incidente insólito. Su Subaru salía del Parque de Asistencia cuando ingresaba el Mitsubishi conducido por Esteban Goldenhersch, hijo de la hermana de Jorge Recalde, el otro gran prócer argentino del rally. El choque rompió una rueda del Subaru, que debió abandonar.