“Nicolino fue un boxeador singular, el que acercó a las mujeres al ring side del Luna Park por su sensualidad en la manera de combatir.” Como locutor de Radio Rivadavia, Jorge “Cacho” Fontana presenció al borde del ring aquella mitológica pelea Locche-Fujii en Tokio y forjó una relación amistosa con el pugilista.
El locutor recordó que “el día de la pelea con Fujii, Nicolino fue autorizado a tomarse dos vasitos de vino con el almuerzo, y después se fue a dormir una siesta. Yo lo fui a despertar: se levantó contrariado luego de dormir su siesta plácida, y así, relajado, fue a disputar una pelea por el título mundial”.
“Nicolino era un boxeador sensual, aunque parezca un pecado decirlo. Por su manera de rozar con su cuerpo al de los rivales, en busca del esquive, desesperando a sus oponentes porque no se lo encontraba”, le dijo ayer Fontana a la FM Spika y lamentó que Locche “siempre tuviera más cerca de su mano un cigarrillo que un guante”.
“Cuando estuvo internado en el Sanatorio Mitre para realizarse un by-pass cardíaco –recordó el locutor– le pidió a una enfermera que le prendiera una velita a la imagen de una virgencita que tenía en la mesita de luz. Cuando la enfermera se fue, Locche aprovechó la velita para prenderse un cigarrillo y se lo fumó a escondidas, estando a solas.”