Senegal dio el gran golpe. Como Camerún ante Argentina en el Mundial ‘90, otra vez un equipo africano venció al campeón del mundo en el arranque del torneo. Con un gol de Pape Bouba Diop, los senegaleses aprovecharon una falsa actuación de los defensores del título y ganaron 1–0. Francia sintió la ausencia de su estrella, Zinedine Zidane, que no pudo jugar por una lesión muscular. La gran figura del partido fue el delantero El Hadji Diouf, una pesadilla para Desailly, Leboeuf y compañía.
Por más que Francia presentó a nueve de los jugadores que arrancaron en la final ante Brasil hace cuatro años, el conjunto de Roger Lemerre nunca le encontró la vuelta al esquema que planteó Senegal. Excesivamente lento en el toque lateral y sin respuestas físicas ante la exuberancia de los africanos, a Francia le costó generar situaciones de peligro. En cambio, con el único argumento de aprovechar la velocidad de Diouf entre los centrales rivales, Senegal se las ingenió para inquietar a Barthez. Precisamente, una corrida del atacante del Lens derivó en el único gol, luego de una desatención entre Petit y su arquero.
Francia buscó la igualdad, pero nunca consiguió desbordar el prolijo trabajo defensivo de los africanos. Un remate de Henry en el travesaño y un par de llegadas que controló con acierto el arquero Sylva fueron las mejores aproximaciones del campeón del mundo. No le alcanzó. Ahora el panorama se complicó y para el próximo partido ante Uruguay, tampoco estará Zidane...