DEPORTES • SUBNOTA › LAS ELECCIONES DEL ENTRENADOR NO FUERON ACERTADAS
› Por A. G.
Esta vez, a José Pekerman no le salió la apuesta. A diferencia de lo que había ocurrido en los encuentros anteriores, ante Alemania la elección del entrenador argentino terminó saliéndole muy mal. Es que por la decisión del técnico, Argentina terminó su participación en la Copa del Mundo sin haber jugado, tal vez, su carta más decisiva. Lionel Messi, el jugador que llegaba como candidato a convertirse en figura del certamen, dejó el Mundial sentado, solo, en el banco de suplentes.
En el encuentro ante México, Pekerman había jugado fuerte al mandar a la cancha como relevos a Tevez, Aimar y luego Messi, en una clara muestra del mensaje que pretendía enviar. Ayer, la situación fue muy diferente, ya que la lectura de los cambios que introdujo también resultó evidente, aunque en sentido contrario. “Tuvimos dos cambios obligados, que nos quitaron chances para el final del partido. Está claro que Alemania pudo hacer tres variantes por elección del entrenador que le dieron mucho más resultado”, explicó el entrenador.
Es cierto que a Pekerman el panorama se le empezó a complicar a partir de la lesión de Abbondanzieri, que derivó en una variante obligada para que ingrese Franco. Tampoco estaba bien Riquelme (foto), según explicó el entrenador tras el partido. Sin embargo, como Argentina había perdido el control de la pelota, el técnico optó por el ingreso de Cambiasso en lugar del conductor natural del equipo. Lejos de provocar el efecto deseado, Argentina siguió sin tener recuperación en la mitad de la cancha y perdió a uno de sus valores más claros a la hora de manejar el balón. Y el mensaje estaba mandado: volante de contención por volante ofensivo, el equipo asumió que debía retroceder.
Para el último cuarto de hora, el agotamiento de Crespo lo llevó a dejar el terreno de juego. Pero lo sorpresivo resultó que para reemplazarlo apareció Cruz, un delantero de las mismas características. Con Alemania jugada en ataque, con zagueros cansados y con espacios para aprovechar el contragolpe, la presencia de Messi, o al menos de Saviola, parecía más adecuada. Es más, la sensación que dejó la variante es que simplemente se trató de una maniobra defensiva, para aprovechar la altura del delantero de Inter en las maniobras de pelota parada en defensa. No obstante, no tuvo chances de corroborarlo. Con el cabezazo de Klose llegó la igualdad y a Pekerman le quedó un conjunto descompensado para afrontar el tiempo suplementario. Y por más que Alemania lucía más desgastada, Argentina no pudo aprovechar de la mejor manera esa situación. Con Maxi Rodríguez de enganche improvisado –de a ratos Lucho González– y con Messi, Aimar y Saviola en el banco sin poder ingresar, el equipo del final no parecía el más adecuado.
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