Artes marciales: Cuando se estaban por acabar los penales, ya antes de que errara Cambiasso, un par de alemanes miraron sobrando al grupo de argentinos y Cufré, que estaba muy atento, salió disparado y le pegó una patada a Mertesacker en la mitad de la cancha. Inmediatamente se armó un revuelo generalizado, Ayala se enojó con Oliver Bierhoff, el ex jugador, manager del equipo, por algo que dijo, y Maxi Rodríguez también se calentó y tiró una piña al aire. Como por suerte había más gente dispuesta a separar que a pelear, la cosa se calmó muy rápidamente. Frings le dijo a Ariel Greco, de Página/12: “Lo que pasó es que tus compatriotas no aceptaron la derrota” y Lahm se excusó de hacer algún comentario “porque estaba lejos de donde pasó todo eso”. Los argentinos les restaron importancia a los incidentes.

Bowling: Desatada la locura en el estadio, después de que bailaran en ronda en la mitad de la cancha mientras por los altavoces sonaba aquello de “volare oh oh/cantare oh oh oh oh”, los integrantes del plantel alemán armaron un singular festejo. Se pusieron todos en línea y, a unos diez metros de distancia, Frings simuló arrojar una bola de bowling tras lo cual todos se cayeron de espaldas como muñequitos. Frings salió corriendo e hizo el avioncito hasta caer en medio de los demás.

Tiro con arco: Dos días antes del partido los alemanes se entretuvieron practicando tiro con arco en la concentración. Muchas de las flechas dieron en el blanco. Las que tiraron después, a la hora de los penales, parecían envenenadas.