La tarea que cumplieron los medios el 3 de marzo de 1999 resultó concluyente para condenar a la cúpula de la barra brava que lidera Rafael Di Zeo. Así lo señala la sentencia de la Sala III de la Cámara de Casación Penal: “...por vía de las filmaciones aparece demostrada la coerción ejercida contra los simpatizantes de Chacarita Juniors para que abandonaran el sector de tribunas que les fuera asignado. Allí mismo se observa el uso de armas blancas, elementos contundentes y punzantes para reforzar su cometido...”

Por entonces, las instalaciones de la Bombonera sólo contaban con un sistema de 16 cámaras en blanco y negro que se usaba desde comienzos de los años ’90 y no con el que se instaló el 1º de noviembre del ’99, compuesto por 53 cámaras de TV. Pero gracias a videos de Torneos y Competencias, Canal 13, Crónica TV, TN y Azul TV (ahora Canal 9), se consiguieron imágenes contundentes que los jueces definieron así: “La reproducción de las secuencias fílmicas aparece pues como una prueba privilegiada dentro del debate y opera con particular eficacia incriminatoria, ya que, además, encuentran correlato en otros elementos de juicio (...) en todos los videos se puede advertir el ingreso, por la puerta que se encuentra a la derecha de la pantalla (...) del grupo de que formaban parte los ahora procesados...”.

En algunos párrafos de la sentencia del Tribunal, se transcribe cómo fueron tomados en cuenta los materiales periodísticos aportados por la televisión. Respecto de las imágenes de Canal 13, “muestran varias secuencias de amenazas y agresiones que se ordenan a desplazar a las víctimas fuera de la tribuna que ocupan” y sobre las de Azul TV, los jueces sostuvieron que permitieron “afirmar el uso de armas blancas por parte de alguno de los encartados”.

Asimismo, se tomó en cuenta que, en todas ellas, “se remarcó claramente cuál fue la actividad que desarrolló cada uno de los acusados”. Por último, “distintas fotografías, informes periodísticos, constancias policiales, informes médicos forenses e historias clínicas”, también constituyeron las pruebas con que La Doce terminó sentenciada.