En realidad, medicina era su primera opción, pero desistió gracias a un tío médico que para ponerla a prueba no tuvo mejor idea que llevarla de paseo a la morgue y a un quirófano. Luego de esa experiencia traumática, Graciela Jacob buscó alguna carrera en la que pudiera encontrarse con algún interés social. Fue a la Universidad de Buenos Aires y optó por sociología. Se recibió en la década del ‘60, y trabajó durante muchos años en esa profesión, como docente e investigadora. Pero en tiempos adversos llegaría el momento de volver a abordar esa vocación primigenia. “Cuando vinieron los años difíciles para los sociólogos aproveché para estudiar medicina –cuenta esta médica paliativista, en referencia a la etapa de la última dictadura militar–. Lo hice en la Universidad del Salvador, que tenía un excelente programa y era menos riesgoso que volver a la UBA.”

Hoy Jacob es presidenta de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos (Aamycp), una organización que nuclea a más de 300 profesionales de todo el país de diferentes formaciones: médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, terapistas ocupacionales, farmacéuticos y voluntarios.

La Aamycp viene bregando desde hace casi dos décadas para que en el país se reconozca a los cuidados paliativos como un derecho fundamental para todas las personas que ya no cuentan con un tratamiento curativo para la enfermedad. La pelea que viene dando esta asociación no es sólo por el reconocimiento de este derecho (que por ley existe), sino también por su efectivización en todos los servicios de salud, públicos o privados.

Desde el año pasado la Aamycp cuenta con oficina propia en la ciudad de Buenos Aires, adquirida con dinero obtenido de un congreso realizado en el país y con donaciones de particulares.

En la Argentina existen equipos de cuidados paliativos en algunos hospitales y organizaciones no gubernamentales que desarrollan programas que tratan de cubrir algunas de las necesidades, pero nunca se logra en la magnitud necesaria. Y son muy pocas las obras sociales que incluyen esta prestación para sus afiliados. En las prepagas es variable la situación, pero sobre todo se cubre la atención estrictamente médica, sin tener en cuenta las necesidades que van más allá del dolor o de los síntomas físicos, como los aspectos emocionales, vinculares y espirituales que requieren un trabajo en equipo de carácter interdisciplinario. Por otra parte, en las universidades no cuentan todavía con cátedras de cuidados paliativos.

Graciela Jacob es una de las protagonistas del video Mujeres que hablan de cáncer, que el Instituto Nacional del Cáncer (INC) lanzó el 28 de mayo, el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, y se puede ver en el sitio del INC, www.msal.gov.ar/inc.